Los que razonan sobre el problema cubano desde posiciones intelectuales ha veces olvidan la verdadera naturaleza humana, y a partir de este error primario llegan a conclusiones erróneas muy peligrosas porque confunden, desorientan y a la larga retrasan cualquier esfuerzo bien dirigido. Las razones económicas e ideológicas no bastan para explicar y corregir el problema cubano. Cuba hoy se parece a un barco humilde del que todos quieren escapar para alcanzar mejores botes en la neblina del horizonte, no está garantizado el éxito fuera de la isla, pero TODOS parecen querer correr el riezgo y se marchan sin pensarlo dos veces.
Hace unos dias pidió asilo polÃtico la hija del vicepresidente de Cuba en los Estados Unidos, también supimos de que la máxima ideóloga de censura del órgano oficial del PCC se acogió a la ley de ajuste cubano, que sirve a los que “huyen del comunismo”. Miles de jóvenes se marchan, abandonan, y hasta traicionan, porque van tras sus ojos y corazones, no porque razonen de verdad en lo que estan haciendo, porque en verdad Cuba sin ser una nación fallida, sufre de una profunda desmoralización. No es hambre lo que empuja a los jóvenes que se van, ni tampoco persecución polÃtica, sino deseos de ser ciudadanos del desarrollo, de la tecnologÃa y del consumismo. La imagen que norteamerica y europa occidental proyectan hacia afuera es tan seductora para un joven cubano, que no hacen falta explicaciones polÃticas o sociológicas sino emocionales, y desgraciadamente el patriotismo necesario para frenar esta nefasta tendencia a marcharse no cuenta con los ingredientes emocionales necesarios para una toma de conciencia del problema.
Los comunistas cubanos no han tenido éxito en su trabajo ideológico, porque el marxismo que fue tan efectivo en el estudio de las sociedades, fue totalmente miope con relación a la familia y al nacionalismo. El internacionalismo proletario absorbió por completo todas las voluntades y para la Patria solo quedaron algunos sÃmbolos, viejos libros y museos descuidados. También la familia atacada por una ideologÃa que solo piensa en la formación de grandes colectividades se debilito tanto, que pocos jóvenes renunciarÃan a una visa por quedarse a cuidar a una abuelita enferma. El egoÃsmo materialista, la busquedad de placeres y éxito, termino opacando otros valores no promovidos por la sociedad socialista, y hoy vemos a Cuba con mucha preocupación desde el punto de vista moral porque la raiz del problema está en si queremos ser ciudadanos de Cuba, o del mundo (ambas cosas son antagónicas) ¿Que tipo de ideales podrÃamos levantar para animar el espÃritu patriótico? Solo el nacionalismo, y no estoy vendiendo un producto, porque nadie me paga por anunciar lo que es natural en todos los pueblos…espero algún dÃa por la toma de conciencia de mis compatriotas.
Cuando hablo de nacionalismo en un mundo tan saturado de conceptos y opiniones debo aclarar que solo debe llamarse de dicha manera al grupo de ideas totalmente al servicio de la autodeterminación de los pueblos, sin permitir la manipulación del concepto incluyendo a movimientos chovinistas o de fundamentalismo religioso, porque debe estar muy claro que una nación tiene que relacionarse con el resto del mundo con respeto, y sin aires de superioridad chovinista, y que tampoco el “nacionalismo religioso” es una opción soberana, porque al menos en el caso cubano, las religiones más organizadas tienen fuertes vÃnculos con el exterior, y para nada pueden llamarse religiones nacionales.
El nacionalismo cubano o cubanismo, seria un conjunto de ideas patrióticas ubicadas en el centro polÃtico, que otorguen al Estado un papel predominante, y que deje fuera de la ley a los partidos o agrupaciones financiadas por otros estados. Tampoco la acción social puede ser compartida con las instituciones religiosas, porque eso destruye el carácter laico de la república de cubanos, y permite la infiltración bajo el manto religioso de intereses ajenos a la nación. Una Cuba mejor es posible, pero por el camino de las reformas, porque cualquier cambio brusco en el sistema polÃtico provocado por un golpe de estado (desde afuera o dentro del sistema) seria tan traumático que retrasarÃa demasiado la urgente necesidad de cambios para el paÃs, y surgirÃa la tentación de agilizar cambios con ayuda de otras potencias nada interesadas en ayudarnos a ser soberanos. Es urgente el desarrollo de un proyecto más patriótico, porque sin nacionalismo ¡NOS HUNDIMOS!