Un año antes de nacer yo en Camagüey, la casa donde mis padres vivían con mi abuela y mi tío, sufrió un registro de parte de un grupo operativo del G-2. La Seguridad del Estado buscaba la plataforma política de Grupo Caimán bajo almohadas y colchones esperando encontrar pruebas suficientes para castigar a mi padre, y para realizar el registro fueron a buscar entre los vecinos al presidente del CDR para que sirviera de testigo civil al registro, pero los vecinos dijeron que no era posible porque el presidente de aquel Comité de Defensa de la Revolución, era precisamente mi padre. ¿Porque los vecinos eligieron como presidente a mi papá? pues porque mi padre tenia una conducta cívica buena a los ojos del pueblo. Me imagino que en un régimen de partido único lo peor que puede pasar es que sea popular un disidente, de manera que el registro del G-2 andaba buscando excusas para destruir la reputación de mi padre como disidente. (Grupo Caimán era una formación clandestina, pero ya conocida por la inteligencia cubana).
Todo estado tiene servicios de inteligencia que cuidan por su seguridad, y eso es entendible. Lo malo es cuando la interpretación de “quien” es un elemento perturbador se amplia demasiado por causas del integrismo ideológico, porque entonces se estrecha tanto el margen al ciudadano que este escoge los caminos de la ilegalidad para luchar por sus derechos naturales, que fue lo que le sucedió a mi padre. El junto a sus compañeros de lucha no conspiraba para derribar un gobierno, sino para divulgar sus ideas en un periódico político ilegal. La pregunta es ¿No era suficiente la legalidad para canalizar las inquietudes ciudadanas? , pues se puede afirmar que no. Al estudiar la estructura de las organizaciones de masa, incluyendo a los CDR, llegue a entender que aún siendo mi papá un presidente de un CDR, no le era posible por ejemplo acusar a los comunistas de atentar contra los mismos fundamentos de la revolución, porque la ortodoxia del PCC llamaba a esa posición revolucionaria, y de izquierda, “izquierdismo burgués”. Todavía hoy se pueden leer artículos de propaganda marxista desde Cuba donde blogueros que creen defender la revolución, arremeten contra los que no son siervos del PCC calificándolos de “astutos simuladores de izquierda”.
Hoy se hace necesaria un mayor democratización para aprovechar los talentos ciudadanos, excluidos por el oportunismo y la degeneración moral de los que dirigen los destinos del país (hacia un abismo cada vez más profundo). Hay reformas necesarias y otras que traerían más problemas si se adelantan demasiado, porque solo por etapas y de manera progresiva debemos avanzar hacia una Cuba mejor, desgraciadamente el oportunismo esta al acecho desde cada rincón, y listo para aprovechar las reformas para vender muy barata nuestra soberanía. Hay gente que quiere con el pretexto de las libertades individuales, descuidar la libertad colectiva, y entregar a Cuba en manos del capital internacional, para evitar a los aprovechados las reformas deben ser INTELIGENTES, pero sobre todo NACIONALISTAS.