 Los apologistas del salvase quien pueda, son enemigos de todo contrato social, porque la ley de la jungla ( dog eat dog ) siempre favorece las concentraciones de capital que desnaturalizan las estructuras de las buenas repúblicas , convirtiendolas en cascarones vacÃos donde los ciudadanos-siervos no deciden nada, salvo involucrarse en el juego macabro de competir sin piedad contra su prójimo(proximus).
Inglaterra mostro a todos los pueblos como se convirtió a un campesino en obrero, y si no hubiera sido por los fabianos, socialistas y algún que otro utópico civilista, todavÃa estuvieran los niños trabajando en las fabricas. Piensen en los pobrecitos nenes del autor Charles Dickens, trabajando en las clásicas minas de carbón. El capitalismo tal y como lo conocemos (la democracia es otra cosa) fue artificialmente diseñado, y no un resultado natural del desarrollo social, y por favor no confundamos a la sociedad de mercados mediterránea del siglo XV como Florencia porque esa no conocÃa las enormes concentraciones de mano de obra barata, ni de dinero sin respaldo en oro. Las monarquÃas europeas con su enorme centralismo y su gran capacidad de endeudamiento fueron las que crearon las bases del futuro despotismo del capital, tan despótico como los reyes aunque ciertamente frenado por el idealismo de los mejores burgueses. Mantener hoy ese idealismo es un reto ante los defensores de la jungla de asfalto bajo la mascara del neoliberalismo. Hay quien anda por ahà en Miami ( no voy a decir nombres porque no es mi estilo ) con aires de intelectual dando sermones neoliberales para los cubanos exiliados como formula para mejorar a Cuba, ¡por favor!. Los que nos dan lecciones de economÃa liberal deben ser honestos y decir también que las sociedades que nos presentan como modelos de prosperidad han tenido más intervención del estado en la economÃa de lo que dice publicamente en los discursos.
Es verdad que en Cuba el despotismo de los comunistas dejo casi sin vida a la iniciativa privada, y a la autonomÃa de los grupos más naturales de la sociedad civil, pero no es en Cuba el estado lo que hay que desmantelar, ya que en ningun momento se le debe dar alas a los anarquistas–lo que no hace falta es el estado paternalista. La nación cubana necesita UNIDAD , y eso no significa nivelación ideológica, sino nacionalismo, es decir unidad nacional, y eso requiere de un estado fuerte para garantizar la soberanÃa. La teorÃa neoliberal sera muy conveniente para el disparatado propósito de las multinacionales de acabar con cada estado-nación que encuentre como obstáculo, pero es pésima idea para un paÃs muy pero muy pobre… frente al mercado internacional.
Las montañas de dinero acumuladas hasta el año 2001 en la especulación y en los beneficios de multinacionales comenzaron a derrumbar el estado del bienestar en occidente,creado tras la derrota de Hitler. La imagen del capitalismo frente al bloque soviético quedaba muy mal y entonces entrego generosos créditos a la social-democracia para ganar la competencia, y en eso es muuuy bueno el espiritu capitalista; en competir. El bloque soviético (luego de las salvajadas de Stalin) habÃa logrado institucionalizar un estado de bienestar modesto, porque se financiaba con los recursos propios generados por el sistema( no con deudas). En cambio el bloque capitalista endeudo profundamente a la social-democracia con créditos de banqueros internacionales, y pudo elevar mucho mas el nivel de sus pobres sin necesidad de modificar a nivel institucional el sistema, sino solamente de forma provisional. Esa transitoriedad de la ayuda a los pobres y desempleados finalizó cuando desapareció la presión ideológica del bloque comunista. En los Estados Unidos, bajo el gobierno de Clinton , se comenzaron a tomar medidas bajo presión de la clase industrial contra los pobres que recibÃan ayudas en efectivo y estampillas de alimentos (food stamps). Esas ayudas hacÃan circular dinero en los barrios pobres, y eran beneficiosas a los mercados informales (pulgueros) pero pudo más la presión que los capitalistas hicieron sobre el estado de bienestar, siempre con la excusa de que se estaba malcriando a la clase trabajadora y estaba disminuyendo la productividad de los obreros.
Mientras en las democracias opulentas se inyectaban tantos créditos que hasta se botaba dinero, el mundo pobre miraba hacia el norte con admiración al neoliberalismo, pero en cuanto fue desapareciendo la prosperidad a crédito, muchos ojos se abrieron y descubrieron que en un mercado sin controles los ricos siempre abusan, y eso no debe ocurrir en Cuba, pensamos la mayoria.
Hoy el sistema puede salvarse perfectamente sin sacrificar derechos civiles, pero primero la clase obrera debe tomar conciencia del poder del voto, y participar activamente en las elecciones, porque si la democracia en occidente continua siendo tan representativa, solo representaran los polÃticos al interés de la alta finanza e iremos todos a la ruina, porque el dinero no conoce otra razón que la del lucro, y una buena república en tiempos de crisis debe cuidarse de la miopÃa polÃtica de sus ciudadanos demasiado opulentos, que la arrastran hacia proyectos que funcionan en tiempos de vacas gordas, pero que son suicidas cuando llegan las vacas flacas.
Las reformas en Cuba, son económicas y polÃticas (la reforma migratoria es totalmente polÃtica) pero algunos dudan de la sinceridad de las mismas. El escenario se parece al de cambios en la antigua Unión Soviética. Los oponentes al gobierno cubano deberian cuidarse de no caer en el amargo rencor que critica por criticar. En el mundo de la politica no hay silla para el Odio. En los tiempos de cambio lo mejor es esperar para descubrir cada nueva situación con objetividad y contribuir con delicadeza para no alterar la reforma en si, porque lo realmente importante es que la reforma tenga éxito. El aumento de la subversión, de la crispación polÃtica, y de las descalificaciones en momentos de reformas responde ante todo al oportunismo, porque si se relajan los controles, y ya nadie va a prisión, o es fusilado por ser disidente, ¿Como es posible que aumente la intolerancia hacia las reformas que aparentemente dan más libertad a la sociedad civil? Es como una rarisima contradiccion esto. Cuando un régimen reprime con firmeza a menudo la gente se va al exilio, o fingue cuando se queda en el paÃs cierta sumisión. En Cuba no se nota esa sumisión, sino todo lo contrario, de manera que hay que tener cuidado, no vayamos a romper la reforma que nos ha de ayudar a emancipar. Que nadie ponga obstaculos por algun prejuicio al desarollo de nuestra islita.
La caÃda del estado del bienestar en las democracias opulentas es un hecho que va a tener efectos dentro del pensamiento polÃtico cubano, porque al llegar el modelo cubano un poco tarde a los cambios tras el comunismo ortodoxo, hemos tenido los cubanos una oportunidad ÚNICA de observar los errores ajenos, y no copiar como tontos el liberalismo económico, ni la ley de la selva que tanto hizo sufrir a los pueblos que desmantelaron el marxismo totalitario. Aprendamos de los errores de los demas para no sufrirlos en carne propia.