 “Atacan a cuchillazos a joven cubana por defender a las damas de blanco”, eso aseguraba el Nuevo Herald el martes 4 de Diciembre pasado. Desde que supe del rumor, este fue aumentando de intensidad, y comenzó a tener tintes de propaganda . Muy pronto aparecieron fotos de la muchacha con todas sus heridas ya cocidas, e incluso parte de su desnudez cosa que vi de mal gusto; porque nadie se habÃa tomado el trabajo de proteger la dignidad de la cubana herida haciendo más presentable la imagen. Es un detalle increible.
En Cuba no existe la crónica roja o el amarillismo como en toda la américa hispana donde los ciudadanos no paran de ver vÃsceras, decapitados y todo tipo de imágenes grotescas de accidentes y crimen en general. No creo que la prensa cubana sea todo lo democrática y abierta al debate que desearÃamos, pero si creo que ha tenido el buen gusto ético de no mostrar la cara más fea de la sociedad humana; la violencia entre seres humanos, de manera que esta agresión barbara con arma blanca, no apareció en la prensa cubana, sino en la prensa de Miami, la ciudad más conocida de cubanos emigrados, y rápidamente se politizo de manera irresponsable, y sin ningún tipo de cuidado hacia la perdida de credibilidad que tanto afecta al exilio cubano.
Me imagino que entre los que no pueden controlar su pasión de hablar mal de régimen cubano, sacar lasca de todo problema social en Cuba esta justificado, y por ese camino esperan debilitar la reputación de aquel estado, pero en verdad a largo plazo este tipo de propaganda produce el efecto contrario, porque para el gobierno cubano es muy fácil mostrar la verdad ante la opinión pública, y gran parte de la verdad es que en Cuba, como en todas partes , existen crÃmenes comunes, pero casi nunca tienen relación con la polÃtica.
Por supuesto que la violencia incivilizada entre cubanos es repudiable, y con toda la fuerza de la ley se debe castigar a los seres que se atreven a cortar o apuñalar al que odian. Si los niveles de civilización descienden mucho, no estaremos ante un estado fallido, sino ante una nación fallida, siendo nuestro deber nacional anular la violencia salvaje entre cubanos por todos los medios posibles, incluidos los polÃticos, pero estimular esa violencia criminal dándole toques de polÃtica en dirección a la deseada guerra civil en Cuba, es CRIMINAL. Si cada hecho de sangre en Cuba se trata de presentar como un hecho polÃtico, es solo con la intención de que se derrame la sangre necesaria para provocar el caos y la anarquÃa, ¡POR FAVOR! ese no es el camino hacia la democracia, sino hacia la destrucción total de nuestra nación.