Creo que la clave de la felicidad es ser capaz de apreciar la belleza y bondad de todas las pequeñas cosas que todavía no son mercancías. No estoy en contra de los bienes de consumo, pero cuando pagamos por ellos siempre salimos perdiendo aunque parezca que no.
El consumismo desenfrenado no hizo más feliz a las naciones opulentas, pero las entretuvo, y ese es uno de los secretos del sistema. Siempre pensando que la felicidad radicaba en la próxima mercancía se descuido a los amigos y la familia. Mucha gente se enfermo de tantas proteínas, grasas y químicos, pero otra gente ganaba salarios moviendo esa monstruosa maquinaria de seguros médicos, gremios médicos e industria farmacética, asi que la tragedia continuo (el sistema te enferma y luego te manda al hospital) sin evolucionar la sociedad por caminos mas civilizados. De hecho ya el sistema esta en bancarrota, pero insiste en los errores.
El ser humano es complicado. Vive toda su vida mirando el mundo que le rodea sin apreciar el 90% de esa realidad. Sus deseos son ruidosos, y siempre tiene planes, pero si un día pierde la visión ocular, todo cambia, y entonces esta dispuesto a dar lo que sea por disfrutar los colores de una mañana soleada, o los pétalos de una flor. Hablo de este detalle no por creerme mas sensible que nadie, sino por conocer personalmente la tragedia de impedidos visuales (ciegos) en mi Camagüey natal, y aqui en Miami. Es algo muy triste 🙁
Pienso en Cuba y en todo lo que se puede hacer si andamos por caminos honestos y tomados de la mano. No importa si son humildes sus calles y plazas, y si su gente no tiene dólares para ser buenos clientes, todavía allí por las mañanas sale una abuelita a regar su jardín, y un señor lee su periódico a la luz de un nuevo día sin saber nada del Medicare. He visto de cerca un pueblo con múltiples problemas pero libre de otros males de la “prospera sociedad de consumo”. Creo que se puede mejorar mucho la vida de los cubanos si logramos enterrar el pesimismo y las malas costumbres, antes que sea demasiado tarde. Miguel Diaz Canel en Cuba ha dicho tocando el tema de la educación, que los jóvenes son el blanco de una maniobra subversiva que busca a través de las malas costumbres morales el debilitamiento del sentimiento patriótico, y estoy de acuerdo con el en que Cuba necesita una juventud sentimentalmente revolucionaria, decente y llena de amor por el planeta y su humanidad, creo que sus palabras resumen de manera perfecta el anhelo de muchísimos cubanos.