Nadar contra la corriente no solo es agotador, sino inútil, y eso precisamente es lo que a menudo hacen los que no aceptan la existencia de un sistema socialista en Cuba desde 1959. La mayorÃa de los exiliados viven en Miami y en el sur de la Florida, y es imposible no escuchar donde vivo, el continuo discurso anticomunista radical que siempre apela al derrumbe del gobierno en la Ãsla, aunque por diversos métodos; todos respaldados por el embargo y una estrategia de aislamiento apoyada por tres senadores cubanoamericanos y por la polÃtica trasnochada de mantener a Cuba en la lista de paÃses que patrocinan el terrorismo. Es verdad por cierto, que el gobierno cubano respaldo en el pasado a grupos rebeldes vinculados a veces a secuestros o extorsiones, (cosa que Estados Unidos hoy mismo hace al apoyar a los terroristas en Siria o Chechenia), pero el caso es que hoy Cuba mas bien se destaca en guardar distancia de conflictos ajenos, y mas bien hace cosas buenas como reconciliar a los Colombianos.
Ahora esta de moda el pacifismo, porque el sabotaje, y las aventuras bélicas semi-terroristas no tuvieron éxito en el pasado, y porque los disidentes pagados por el USAID dentro de Cuba, tienen una agenda de subversión suave y persistente destinada a provocar la deseada “primavera árabe” (que no acaba de llegar a la isla por cierto y tengo fe de que nunca ) . Una manera no clandestina sino abiertamente cÃnica donde por un lado se habla de “paz, amor y libertad”, pero por otra se persiguen objetivos sangrientos y antinacionales. Una nueva disidencia que sale y entra de Cuba ( comprando mercancÃas de la sociedad de consumo), y vive sin trabajar, puede que logre confundir a muchos, pero no creo que logre establecer un “gobierno paralelo” en las narices de un pueblo que aunque quiere vivir mejor, no se cree el cuento que desde el extranjero venga la salvación nacional o algo asi, y que por ahora ha decidido no cambiar su sistema polÃtico.
He escuchado con toda atención, y sin prejuicios numerosas voces que hablan desde el exilio de un cambio radical para Cuba, y la verdad que me parecen todas muy irresponsables e insensibles. Luego de vivir décadas fuera de su patria, y de perder todo vinculo con vecinos o parientes en la Ãsla, es muy probable que algunos exiliados pierdan el vÃnculo sentimental con su Patria, y aunque todavÃa oigo declaraciones apasionadas y llenas del ideal burgués mas refinado, falta eso que se puede llamar AMAR AL PRÓJIMO, y afirmo esto sobre todo cuando veo cuan fácil apoyan el embargo a su propio pueblo, o cuando veo entusiasmo por una posible guerra civil dentro de Cuba.
Creo que la principal crisis que sufre hoy el exilio cubano es no haber ganado el corazón de sus propios hijos. El ideal del éxito, llevo a la mayorÃa a un estilo de vida (contrario a lo que se dice) que disgrego a la familia cubana-americana. El individualismo extremo, y la visión mercantilista de la vida hizo que hijos y nietos se apartaran de sus núcleos familiares para aventurarse en un camino de promesas escrito en ingles y llenito de costumbres anglosajonas. La mayorÃa de los jóvenes , ni siquiera conocen lo mejorcito de la Cuba del pasado. No quiero referirme a los batistianos y sus familiares, porque hay grupos humanos condenados a la enajenación total a no ser que hagan un esfuerzo moral muy especial. Me refiero mas bien a los cubanoamericanos mas al centro polÃtico, aquellos que hablan de la constitución del 40, del autenticismo, y de la democracia representativa. Algunos fueron periodistas, otros profesores, o artistas, y en general piensan y sienten como gente de la clase media, que incluso apoyo a la revolución al principio, y que luego se distancio del proceso polÃtico en la medida que se definÃa por los caminos del socialismo. Comprendo que no les gustara el comunismo que veÃan llegar de forma amenazante a sus vidas, porque en general eran personas que pertenecÃan a clases sociales, gremios o sindicatos (incluso) que no tenÃan un interés en el bienestar general, sino en el de ellos y sus familiares. Desgraciadamente toda revolución produce transformaciones dolorosas. No faltó en Cuba entonces; el choque entre cubanos, el alzamiento rebelde contrarevolucionario, los fusilamientos y toda clase de sufrimientos humanos, pero hoy ya es cosa de un pasado distante ese dolor, no tiene sentido polÃtico permanecer en el rencor o la desaprobación al socialismo elegido por las mayorÃas, porque en definitiva las nuevas generaciones merecen un poco de paz y orden en sus vidas y eso se logra con reconciliación. Recuerden mi lema : “Sin odios ni rencores”…no pudiera ser diferente la solución.
En Cuba todo esta en cambio y transformación ahora, no tanto cambio como quisieran los que desean que se derrumbe el Estado, pero si lo suficiente como para que se derrumbe el pesimismo y el pensamiento inmovilista. Es este el momento de que los exiliados mas viejos reflexionen y salgan del inmovilismo derechista. No digo que dejen su pensamiento de derecha, ni su confianza en el capitalismo, sino que comprendan que la vida cambia. Es sabio y justo seguirle el ritmo a la vida, porque después de todo, en Cuba cabemos todos.
NOTA: En está foto (propiedad de mi hermano Aaron) aparece Hubert Matos (el señor de pie) y Carlos Alberto Montaner en una tÃpica reunión de exiliados en Miami.