Ser pobre no te hace automáticamente bueno, ni ser rico te hace malvado (dejemos los clichés) pero teniendo en cuenta la naturaleza humana y sus costumbres, podemos sospechar que los ricos siempre abusan de su poder si no existe algo que los frene.
La clase trabajadora que produce bienes o servicios, no tiene tiempo para ocuparse de cosas que los ricos dominan como los medios de comunicación social. La prensa, sobre todo la televisión manipula casi siempre con éxito al obrero cansado que llega a su casa con muy pocos ánimos de pensar en polÃtica. El enciende su televisor para disfrutar de cosas simples y entretenidas como un juego de pelota antes que su mujer le pida ver la telenovela. Alli sigue hechizado tras destellos y colores de una información manipulada y este pobre trabajador sigue siendo burgués en pensamiento e ilusiones. Duda muchas veces de su capacidad pero para los dias bajos la loterÃa le promete tantas cosas lindas. ¡Quizas el sea un suertudo!
La tele y otros medios en Miami transmiten sin parar los valores de “los de arriba” e inculcan vanidades y codicias favorables a la enajenación. Uno de los resultados es esa apatÃa que tanto se nota en las elecciones (a favor de los de siempre). Miami esta llena de cubanos cada vez más pobres, con muy poca capacidad organizativa y bombardeados por mensajes derechistas que nada tienen que ver con su origen y permanencia de clase. Las clases sociales no tienen porque hacerse la guerra, pero para mantener un saludable equilibrio, es bueno que “los de abajo” no piensen como ricos. Tampoco que se enajenen en vicios inculcados desde arriba, sino que se organanicen como lo hacen los ricos en sus negocios y agendas contra el pueblo.
Recuerden que no hay nada vergonzoso en ser pobre 🙂 ¡Somos despues de todo, las mayorias!