Las vidrieras del capitalismo son hermosas excepto al que le toca limpiarlas cada dÃa por un salario que no alcanza ni para comer bien. A veces puede ser peor…el desempleo. Si no tienes un empleo en el sistema que te quita impuestos y te obliga de mil maneras a caminar por sus calles, entonces pasar por delante de las vidrieras que muestran maravillas, puede ser toda una tortura.
Por supuesto que son hermosas las casas de clase media alta, con sus magnÃficos jardines y piscinas que parecen trocitos del mar caribe, y esos televisores gigantes, y aquellos autos tan lindos, y muchas cosas mas que brillan y huelen a “nuevo”… pero aparte de no ser sostenible a la larga por nuestro planeta la cuestión es que NUNCA estara disponible para todos.
Para que unos tengan la mayorÃa no puede tener, eso es mandato del mercado y de la economÃa liberal. Cosa implacable parece la economÃa, que para que los ricos tengan un yate de blanquisimo brillo, los que lo pulen tengan que tragar fibra de vidrio y morir de espasmos en los pulmones, o que para que los ricos paguen menos impuestos, se recorten programas sociales de ayuda alimentaria a familias pobres.
Debajo de los expressway (autopistas) hay mucha miseria disimulada con aparatitos electrónicos, licores y religión-droga, y en los barrios llenos de tristeza y anuncios publicitarios, de vez en cuanto matan a uno que no tuvo la suerte de vivir en las afueras. Hay dos vidas en el capitalismo, la buena y la mala, y estan muy relacionadas ambas. Es una tipica relacion enfermiza de amor/odio. Sin degradación, ignorancia y vicios de un lado no puede haber abundancia y lujos del otro, porque para que se mantenga engrasada la gran maquinaria inventada por los ricos, deben ser SACRIFICADOS “los demasiados”, es decir; el pueblo, LOS POBRES. Yo no puedo hablar por todos pero no estoy dispuesta a firmar ese contrato heredado e invisible.
Nota: Foto de mi hermanito Reicito (11 años) que muestra una parte de la autopista 95 cercana al Down Town de Miami.