Ya nunca podrá ser borrada de la historia de Cuba el asalto al cuartel Moncada. Hace 60 años una generación nacionalista se enfrento a un dictador sangriento que pretendÃa enajenar para siempre la soberanÃa de los cubanos. Batista, dio un golpe de estado a una república que peligrosamente se acercaba a la democracia participativa bajo la influencia poderosa del movimiento obrero cubano, y el liderazgo idealista de la generación del centenario. Poderosos intereses extranjeros pretendÃan acabar con los sueños de soberanÃa y dignidad que ya eran bastante evidentes en las “masas de Chibas”. Los Ortodoxos, rescatando la antorcha idealista de manos de unos auténticos en plena decadencia moral, se enfrentaban a un plan siniestro golpista apoyado desde los Estados Unidos, y ya no quedo otro camino que el de la rebelión armada, que era totalmente legÃtimo desde el punto de vista constitucional.
El asalto al moncada fue un fracaso militar, pero fue el principio de la caÃda de un sistema ajeno a la voluntad popular. Todo lo que vino después fue consecuencia directa del golpe militar, y salio de la sociedad civil. Hay quienes sueñan con una Cuba sin gobierno propio, que baile al son de las cadenas de las multinacionales. Fantasean con una “noche de los cristales rotos” , donde todos los libros de historia sean quemados. A estos individuos, les estorban bastante quienes sin ser comunistas, reconocen la histórica rebelión del pueblo a la tiranÃa. Cuba debe democratizarse cada vez más y mejorarse en muchos niveles, pero no se debe olvidar ni manipular el pasado. El asalto al cuartel no fue un “acto terrorista” como lo califica la extrema-derecha en Miami, porque no se produjo bajo un gobierno legal, ni ante un estado de derecho, y por eso tantos lideres polÃticos de la américa latina lo reconocen como punto de partida de la lucha de los pueblos contra los golpes militares.
NOTA: La foto la tire yo, pero me reservo donde y cuando 🙂