Un joven (con acceso a información clasificada) decide anunciar a todo el mundo que los ciudadanos norteamericanos son espiados por su propio gobierno. Se arma un gran escándalo que convenientemente queda neutralizado por un nuevo temor. El cierre de 19 sedes diplomaticas en el mundo árabe ante una misteriosa amenaza nos hace temer a ese fundamentalismo musulmán que tanto dolor causo el 11 de septiembre, y casi que ya justificamos que nos vigilen, que nos pongan cámaras y cualquier otro artefacto, con tal de que alejen de nosotros todos esos fantasmas del terror.
En Iraq el ejercito norteamericano acabo por completo con los grupos de Al Qaeda, y en Afghanistan también hizo lo mismo, con la diferencia que aun quedan focos de resistencia no vinculados a esa organización terrorista, y que con toda seguridad se harán del poder una vez que la OTAN se retire por completo del lugar. El problema de luchar contra esa organización terrorista es que no tiene morada fija, ni uniforme, ni fecha de combate, y sirve perfectamente como escusa para quitarnos derechos civiles.
Si la nueva amenaza es real o no, solo lo saben los servicios secretos, porque ni el congreso del pueblo debe estar muy informado, asà que estaremos todos llenos de dudas hasta que pase algo o no, es decir a que pase el tiempo y la gente se olvide un poco de Edward Snowden.
NOTA: La foto fue tirada una tarde aburrida por Coral Gables.