Sobran terrenos en Miami para jugar pelota, pero el bloqueo de los que odian y destruyen conspiró y logró cerrar todas las puertas a un buen juego de beisbol entre cubanos. El pueblo de Miami querÃa verlos jugar, pero como en Miami no hay democracia mas allá de la “representativa”, los ricos y batistianos se salieron con la suya a golpe de propaganda, chantaje y terror. Un restaurant que habÃa invitado al equipo, se acobardo, y les retiro la invitación, FIU se dejo chantajear por empresarios privados y rompió lo acordado para que jugaran en sus terrenos, y la gente de la calle aprendió una lección más sobre todo lo que representa ese viejo odio enfermizo contra Cuba.
Por supuesto que contamos en los Estados Unidos con tribunales y leyes que protegen los derechos de la sociedad civil, pero muchas veces esos derechos quedan en papel escrito, y a la hora de la verdad, quien manda en Miami es quien tiene el dinero para cabildear en todos los pasillos a donde la gente pobre y mayoritaria no suele entrar. Ya se van estos buenos cubanos que sirvieron tanto en el pasado a su pueblo levantando la dignidad nacional, ya se van estos peloteros que fueron tratados en Miami por la prensa reaccionaria como si de emisarios del buro polÃtico se tratasen, cuando en realidad son hermanos nuestros con deseos de fraternizar. Creo en la reconciliación nacional basada en el respeto, y en Miami no se respeto la voluntad general de los cubanos.
¿Que les puedo decir? si anda una congresista por ahà diciendo que por nuestro bien, es mejor que las cartas demoren mas de un mes en llegar a nuestros seres queridos en Cuba, y se opone con toda su furia a que Estados Unidos y Cuba hablen sobre como hacer que las cartas llegen en dos o tres dÃas a nuestros seres queridos. Quien lucha por dividir la familia, por bloquear a los cubanos, y por provocar una guerra civil en Cuba, no creo que tenga moral para hablarnos de libertad, derechos humanos y todos esos elevados ideales. Esos mismos hipócritas que hablan de una “Cuba libre” son quienes tienden murallas para dividirnos y vivir del cuento polÃtico. Yo por mi parte tuve el privilegio de hablar con Javier Méndez, y ahà les dejo la entrevista que le hice en nombre de ProgresoSemanal.us