Hoy a sido un dÃa maravilloso. Después de unos angustiosos dÃas de espera ( menos mal que no tengo la maña de morderme las uñas ) por fin tengo en la mano mi nuevo pasaporte cubano. Fresquecito, acabado de sacar de la imprenta. Deseoso de volar, de cruzar los cielos caribeños y ganarse la fama de viajero con ese uso que siempre deja huellas en el tiempo. Hojear sus páginas vacÃas dispara la imaginación, solo Dios sabe las futuras fechas de arribo y retorno. Mi filosofÃa es que los mejores dÃas están por venir, asà que no temo las aventuras destinadas. Bienvenidas sean.
Me agrada el cambio de diseño y las nuevas ilustraciones que adornan su interior, y mas aún me gustó leer lo siguiente :
“...el presente pasaporte en nombre del Gobierno de la República de Cuba, certifica que el Titular es ciudadano cubano…”
¿Saben a que sabe esa información? A torrejas de canela con crema batida y miel chorreada encima. Esta Yadira que conocen no es solamente una emigrada que se crió sin patria , y con el zip code de Hialeah. Soy una ciudadana de la República de Cuba. Vaya, no quiero que se me suban los humos a la cabeza, pero ya me siento mareada de tanto orgullo.
Por cierto, les cuento que post 9/11 los residentes del sur de la Florida ( supongo que en el resto de la nación fue similar el trato pero no puedo asegurarlo ) fueron divididos en dos categorÃas. Residentes y ciudadanos Americanos. Nunce lo vi más claro como aquel dÃa hace muchos años, frente a unas oficinas donde fuà a sacar mi primera tarjeta de identificación y al enseñar mi pasaporte estadounidense, me libre de las colas. Aclaro que las personas que dejaron afuera al sol solicitaban iguales tarjetas de ID y licencias. Me asombró.
Poseer por lo tanto, un pasaporte de la nación en donde te encuentres, trae obvios beneficios. Cuando opino sobre temas exclusivamente cubanos a veces salta un lector para reclamar que yo no tengo voz autorizada para hablar sobre aquella isla. ¿Ah no? Un extranjero de Mauritania o Ecuador, tiene todo el derecho de hablar sobre Cuba ( siempre tanto no pretenda que su opinión sea impuesta pues no está permitida la injerencia ) pero puede hablar, puede expresar su punto de vista que después de todo, si es libre de verdad será provechosa para vernos desde afuera. Ahora…como yo, si soy CIUDADANA CUBANA, ¿ no voy a poder gritar a los cuatro vientos declaraciones sobre mi isla favorita? Vivir en el extranjero no descalifica automáticamente a alguien que aún en las lejanas nieves mantenga su patriotismo vivo.
Desde que era una teenager (adolescente en U.S) andaba con mi pasaporte negro de los Estados Unidos, y esto ha causado mucha confusión en cuanto al estatus. Reconozco que es una extraña situación, pero igual de extrañas y únicas son nuestras vidas improvisadas. Como yo, hay millones que andan con doble ciudadanÃa, pero esto no significa que somos desleales a ningunas de las dos naciones. Desde cuando a sido imposible amar a tu mama y a la vez a tu papa?
NOTA: La foto de este pasaporte, es la foto que originalmente fue tirada para usarse en la pelÃcula independiente en la que actué como protagonista. Mi personaje ficticio usa esa fotografÃa como identificación personal en el film, y me pareció muy graciosa la idea de usarla también en mi auténtico pasaporte acá en la vida real.