Hace apenas unos dias converse con algunos miembros de la pequeña comunidad hebrea en Camagüey. Distinguir a un judío del resto de la población cubana es dificil. Ser judío en Cuba desde el punto de vista cultural es posible sin grandes complicaciones, porque el cubano es bastante tolerante con todas las creencias religiosas, y prácticamente el antisemitismo no existe en el país.
La cultura cubana es tan absorbente que pocos de los emigrantes que conformaron al pueblo cubano siguen atados a su cultura ancestral, pero en el caso de los judíos tenemos al elemento religioso como fortalecedor de esa antigua identidad, y aunque culturalmente el judío en la ísla es idéntico al resto de los cubanos, cuando conserva algunas de las costumbres dietéticas de sus antepasados, o cuando se reune a orar los viernes en la noche, entonces tiene su particularismo.
La comunidad judía en Camagüey tiene su propio cementerio y aunque no cuentan con un rabino (maestro) se reunen los viernes por la noche (Shabbat) en un local propiedad de la comunidad. Al atardecer, cuando entré al cementerio israelita, acompañada por una inevitable tristeza y respeto, reconocí con agrado varias estrellas de 6 puntas formadas por diversos materiales locales. Pensé en tantas cosas, en las promesas pendientes a los hebreos, en las expulsiones gratuitas, los auto de fe, pero también en los tantos logros de un pueblo tan pequeño pero tan ruidoso, que ha sido una pieza, un ingrediente, demasiado importante en la historia de la humanidad. Se me corrían las lágrimas, y no pude evitar hacerle un pedido a Dios. Regresé a casa y le leí a mi hermano unas líneas del “Sefer Devarim” que dicen:
Pero si en ese entonces buscares al Eterno tu Dios, Le hallarás si Le buscares con todo tu corazón y con toda tu alma. Si ante todas esas tribulaciones, aun en tiempos remotos, te volvieres al Eterno tu Dios y obedecieres Su voz, El en su infinita misericordia no te abandonará ni te destruirá ni olvidará el Pacto que juró a tus padres.”
Muchos cubanos descienden de judíos bautizados en los días del centralismo monárquico español, cuando la Iglesia católica obligo a los judíos al exilio si no se convertían en católicos. Precisamente en 1492 fueron expulsados los judíos no bautizados de España, y fácilmente podemos sospechar que Colón iniciaría la ruta de escape hacia el nuevo mundo (primeramente la zona del Caribe)para la mayoría de los judíos que no decidieron mudarse a Instambul. Un grupo si lo hizo y se fue a vivir con los turcos, para luego regresar mucho más tarde a Cuba en medio de las guerras griegas por sacudirse el yugo otomano, y ese grupo fue conocido en Cuba como “los turcos”, cuando en realidad eran judíos-españoles o sefarditas, por aquello de Sefarad (nombre antiguo de España). Los asquenazis o “polacos” llegaron de Rusia, Polonia, e incluso de Alemania, y estaban más alejados de la cultura latina, por lo que tuvieron mayores dificultades culturales para asimilar las costumbres cubanas, pero eso no quiere decir que no terminaran comiendo congri y yuca con mojo.
Volviendo un momentito al tiempo de la inquisición española, quiero recordar el hecho de que muchos judíos huyendo de la monarquía católica española, cruzaron la frontera hacia Portugal, y terminaron viviendo en el Brasil cuando Portugal se sumó a la política inquisitorial, y sin salirme del tema, hago hincapié en como la corona española prohibió incluso a los judíos bautizados (conocidos también cristianos nuevos) viajar a las américas al comenzar la conquista del territorio continental. Por supuesto que esta ley no fue tan efectiva, y muchos judios bautizados emigraron a toda la america hispana, pero el grueso de los judíos que habían viajado ya con anterioridad, como “cristianos nuevos”, ya se habian asentado en Cuba y La Española (Las dos mayores isla del caribe) con fecha anterior a ese edicto en contra de los “cristianos nuevos”. Bueno, imaginemos cuantos de estos “marranos” terminaron teniendo sentimientos independentistas, y cuandos entraron a la masoneria primero y a las tropas mambisas despues, a causa de sus creencias repúblicanas y su rechazo a la monarquia que tanto los persiguió.
Cristóbal Colón* Partió de España con sus tres naves a solo tres días de la expulsión de los judíos. Llevaba Colón artefactos de navegación creados por hebreos, y llevaba consigo a un conocido converso (judío bautizado) que se quedo en Cuba al regresar Colón a España. Al parecer el mismo Cristóbal Colón era un judío convertido al catolicismo y su nombre antes del bautismo era Moisés Jona según el investigador Alberto Liamgot en su obra “Marginalidad y Judaísmo en Cristóbal Colón”, pues bien al regresar de su primer viaje a España, Colón alcanzó a ver los barcos que en la distancia transportaban a los últimos judíos que se marchaban por no aceptar la conversión a la religión oficial de la corona, pero en los años venideros muchísimos españoles de origen judío (algunos de los cuales seguiria practicando el judaismo en secreto), seguirían viniendo al nuevo mundo a pesar de que al pasar el tiempo la mayoría olvidaría su antigua identidad bajo la enorme presión de la inquisición española.
Con mucha curiosidad y algunos elementos que he estudiado sobre la vida de los marranos (judíos bautizados, pero no convertidos de verdad) pude comprobar que todavía en el viejo Camagüey se conservan entre algunas familias costumbres de origen judío, como la degollar a los animales con un cuchillo muy afilado que previamente se verifica cortando algunos vellos de la mano del que va a sacrificar al animal, ya sea carnero o ave de corral. En algunos casos degollan a las gallinas vertiendo la sangre en la tierra del patio, y tapandola con el polvo, tal y como hacían los judíos de la España del siglo XV, al lavarse las manos antes de comer, enhuecan agua en una mano, y arrojaba el agua sobre la otra mano, y viceversa, varias veces consecutivas a la manera judía clásica, además de algunas supersticiones relacionadas con los espejos o la manera de barrer que pueden haber sidos traídas a Cuba desde España o desde las islas canarias, pero que son practicadas todavía hoy por criptojudios en todo el mundo..
La comunidad judía en Cuba tiene una magnífica relación con el gobierno cubano, basada en el respeto mutuo, y aunque no existen relaciones diplomáticas entre Israel y Cuba, algunos judíos han emigrado a Israel a través de la “Aliyah” gracias a esa relación civilizada entre los judíos y el gobierno cubano. El estado cubano actualmente no es un estado ateo, y no promueve el ateísmo en las escuelas públicas, de manera que la pequeña comunidad judía no esta en dificultades desde el punto de vista religioso. También los judíos ateos o con otras creencias religiosas se mantienen de alguna manera vinculados a dicha comunidad que esta compuesta por sefarditas y asquenazis que popularmente eran clasificados como turcos o polacos por sus vecinos en el pasado, y ahora que son más cubanos que nunca, pueden practicar sus creencias en total libertad.
Al regresar a Miami, continué atada a esta ísla maravillosa por ciertas raíces invisibles y que quizás algún día, por ser ataduras sentimentales tan potentes me hagan retornar para vivir en ella. Alguien ha dicho por ahí, que los cubanos somos los judíos del Caribe, y yo me imagino , con toda mi alma, que si Cuba no es la tierra prometida, al menos es la escogida para un glorioso futuro, y no muy lejano.
Aquí les dejo otra fotos del cementerio Israelita de Camagüey .
* Actualmente en todo el Mediterráneo viven familias judías de apellido Colón.