Ernesto Daranas ha contribuido a eso que llamo “alma nacional” y que anda por todos los rincones del planeta sin olvidar su identidad. He visto su pelÃcula y me parece genial que fuese una obra tan emocional. Un melodrama según los términos frÃos y distantes, pero no vi por ningún lado que el sentimiento no correspondiera al desarrollo tan realista y duro de la vida en Cuba. Me gustó mucho el personaje de la maestra envejecida en esa tarea tan hermosa de formar SERES HUMANOS. Ella es capaz de darle un reglazo al alumno que se distrae, pero más veces les pasaba la mano por la cabeza con cariño. Ella esta totalmente comprometida con esos niños que enfrentan tantos peligros y desea aplicar una metodologÃa basada en el cariño y no muy obediente a las normas del Ministerio.
Mis felicitaciones al ficticio Chala. Ese niño rodeado de tantos malos ejemplos es el futuro, pero tiene un presente que es bastante hostil a su desarrollo normal. Su madre drogadicta es un elemento mas perturbador que cualquier otra miseria, pero ahà esta la maestra para salvar su alma. El drama pide a gritos que aparezca un padre responsable, un trozo de familia que sostenga al niño que se tambalea al borde del abismo. ¿Quien no se preocuparia por un Chala verdadero que corre riesgo en convertirse en un futuro delincuente y por lo tanto, un presidiario? Chala es un pionero que juega en las peligrosas lÃneas férreas, que se lanza a competir en aguas peligrosas, y que anda muy cerca de todos los vicios del mundo adulto. Uno desea que una poderosa fuerza intervenga y lo salve. Aparecen los trabajadores sociales, la policÃa, y la alternativa de enviarlo a una escuela de conducta.
Chala se enamora, y surge otra esperanza que lo guie en medio de las tinieblas. Es una niña de provincias, una “palestina” marginada por culpa quizás de un padre demasiado obstinado en vivir en la gran urbe. En la Habana se gana más, pero se gasta más y al final no hay ventaja, pero ¿quien convence a los que sueñan? De cualquier manera esa niña tiene un padre y unos valores que se evidencian en el momento que ella descubre la pelea de los perros y devuelve el abanico que le regalara su enamorado, renunciando a propiedad y sentimientos; en nombre de la virtud. Aquella respuesta moral tan firme hace que el muchacho reaccione y rechace a su vez esa forma grotesca de hacer dinero, y de paso se aleja del juego.
Es un tema polémico el de la estampa religiosa colocada en un mural que representa mucho mas que los sentimiento religiosos de un grupo especifico. El estado laico y las regulaciones impiden que se coloquen sÃmbolos religiosos particulares. Aqui, y en muchos otros paÃses, el acto seria impensable a no ser en una escuela católica. El argumento teocrático y totalitario de que es “La patrona de todos los cubanos” y por lo tanto merece ser colocada lo mismo por los alumnos que por la profesora en el mural, me hace pensar en el derecho de las minorÃas religiosas y ateas.
Un padre ateo esta obligado a enviar su niño al colegio público, y también el padre evangélico o musulmán. Es difÃcil encontrar un sÃmbolo religioso que represente a todos, pero al parecer el desarrollo emocional de la historia filmica justifica la acción basada en una psicologÃa humanista un tanto tolerante con la expresión de los alumnos. La conducta de la maestra es movida por sus propias teorÃas sentimentales, y choca con la disciplina del ministerio, pero es populista, y ella misma dice que no va a misa, porque el cura no acepta sus particulares creencias (distanciandose de la religión organizada).
En una escena dentro de la casa de la maestra, se ve por cierto, que ella en su intimidad tiene la misma imagen religiosa. Por lo tanto, es más que lógico que ella justifique que esté presente en el mural escolar la estampilla. Es obviamente la religión de su preferencia. Algunos defectos de hoy son los mismos defectos del ayer pero quizás son inconscientes errores nuevos. La maestra con tantos años educando pudiera estar repitiendo el mismo esquema del ateÃsmo oficial impuesto sobre todos los alumnos de forma niveladora en otras décadas. Ninguna de las dos opciones caben, opino yo, en una Cuba del futuro.
La maestra es de carne y hueso, tiene sentimientos y sobre todo sentido del deber, por eso me gustó su personaje. Estuve todo el tiempo deseando que lo acabe de adoptar de una dichosa vez…además, ella perdió su verdadero nieto. El niño y la niña provinciana son el futuro. El estado fuerte es necesario si queremos salvar, reparar y amar lo nuestro, y sabiendo las limitaciones económicas es sorprendente cuantas pelÃculas produce esa islita. ¿Quien no esta por lo tanto, orgulloso del cine cubano?
¿¿Quieren saber cual fue mi parte favorita??
Cuando la maestra pregunta quien va a definir el pensamiento Martiano del dÃa, Cristian, un alumno desconocido dice :
—“Profe, no se, yo creo que Patria es una sola. Es donde yo nacÃ, donde vivo, son los amigos, el barrio, las personas, es todo Profe. Por ejemplo, yo tengo un tÃo en Estados Unidos, el dice que nunca va olvidar esta Patria. Porque el la va a llevar dentro de su corazón.”
Creo que repetà la escena como 3 veces. Que gracia me dio, y que chula la definición.
NOTA: Cada vez que llamaban al niño “Chala”, me recordaba del pan judÃo de leche, miel y huevo y que se llama “Challah”. Lógico, no creo que el guionista lo nombro asà en honor al delicioso pan dulce que tradicionalmente se come en los sábados.