No importa si llegaste en un cómodo asiento de avión y con papeles en regla, o si llegaste en una insegura balsa lleno de temores. No importa si eres un cubano pobre con deseos de ayudar a los que quedaron atrás, o un mexicano sin papeles tratando buscar en los campos de Homestead el sustento. No importa si eres pobre o pequeño burgués, no te conviene que Miami apoye los golpes de estado en latino américa, porque está ciudad es nuestro hogar, y merece un mejor destino político que servir al 1% de los que viven tan lejos del ideal democrático.
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