Primero arrancan rapidÃsimo las hermosas matas llenas de flores, que ellos mismos plantaron hace pocas semanas.
Luego vienen enormes cantidades de “mulch” (paja y estiércol) que es utilizado para cubrir raÃces, la estética y claro, mas gasto de dinero.
Finalmente se comienza a plantar un jardÃn idéntico al anterior. Es como un episodio de horror donde los pobres personajes están condenados a repetir eternamente la misma escena. Parece un juego macabro o el capricho de algun poderoso señor feudal que disfruta castigar a sus servidores.
Todo esto lleva años ocurriendo, pero es solo hace poco que me he puesto a observarlo con mas atención y cuestionar el paripé.
Esta vez ocurrió en un viernes bajo el sol ardiente del mediodÃa. Uno se pregunta ¿porque arrancar y sembrar plantas idénticas? Pues la cosa es un negocio sencillo pero rentable que involucra a mucha gente y a los polÃticos por supuesto.
El dinero viene de los impuestos y deudas públicas que castigan el bolsillo de los contribuyentes, o sea es nuestro dinero, el de todos. Ese dinero publico nunca será usado para ayudar a una pobre familia que no pudo pagar la electricidad y son dejados al olvido en un apagón, quizás en los dÃas mas calientes de verano.
Tampoco ese dinero se usara para elevar nuestro nivel cultural, que tanto beneficiaria a aquel joven drogadicto que ni sabe como incorporarse a la sociedad. Tampoco será usado para crear algún tipo de fondo publico que en emergencias pudiera rescatar a un familia a punto de ser arrojada a la calle por no poder pagar su renta.
Miami es un enorme cultivo de gérmenes de corrupción que se especializan a plena luz del mediodÃa a robar recursos públicos. Nos involucran en eternas construcciones, reparaciones, remodelándoles y servicios que nadie necesita. La mayorÃa de nuestros polÃticos, he observado que o estudian ciencias polÃticas o derecho, pero sin dudas son “Masters” del pillaje al tesoro publico. Ese astuto rufián de cuello y corbata de vez en cuando aparece en nuestras pantallas para decirnos que mal se vive en Cuba y lo bien que se vive aquÃ.
Parece mentira que sea este modelo el que pretenden exportar a Cuba. No quiero ni imaginar las consecuencias de este mismo sistema en un paÃs pobre. Cada una de esas flores cuesta en la tienda “Home Depot” (de ferreterÃa) $5.99. Calculen en un simple viernes cuantos cientos de dólares gastó la ciudad en un espacio tan reducÃa y aislado pues !rara vez he visto personas ahà ya que esta rodeado de trafico intenso!