Una vez, ignorando cualquier prudencia, salí en defensa del activista derechista Miguel Saavedra. En otra ocasión apoye al periodista Edmundo García que indudablemente es de izquierda. A Edmundo solo lo he visto una vez y por unos minutos, y con Saavedra he tenido más “roce” pero a pesar de todos esos encuentros por alguna razón jamás se acuerda de mí. Pero bueno, mi memoria corta tampoco es ejemplar para que me asombre mucho.
Hoy quiero sacar la cara por un tercer cubano que a pesar de lo que digan sus enemigos, no lo clasifico ni en la derecha ni en la izquierda política. El anda atravesando esa grieta peligrosa del centro que tantos analistas antiguos aconsejan evitar pues provoca ira impotente en ambos estrechos del abismo. Claro, según mi criterio personal, ya que en persona nunca he visto a López-Levy ni tengo su teléfono.
Mi condición reconciliadora de nacionalista anglo-parlante con vetas izquierdistas naturalmente me hace sentir solidaria con Arturo ahora que inesperadamente es atacado desde la isla supuestamente por su línea pragmática y nacionalista, que es interpretada como demasiado parecida a falsos izquierdismos de algunos proyectos de la CIA. Esas suaves similitudes del espectro político que podríamos compartir pudiera hacer la simpatía más cómoda pero aunque radicalmente opusiera la tesis de Arturo o el grupo “CAFÉ” diría lo siguiente: No se puede acusar a nadie ni dañar su reputación sin pruebas.
Después de un rumor, es difícil echar pa’ tras la condena pues las consecuencias negativas quedan pendiente en el aire. Sabemos que en un pueblo pequeño, cuando se hecha rodar un rumor (por estrambótico que sea) la huellas permanecen. Aunque claro, al final la verdad siempre brilla por si sola, pero¿ Acaso los calumniadores se entusiasmaran de igual manera y proclamaran la inocencia de la víctima?
No es mi intención hacer una crítica corrosiva ni herir a nadie, solo estoy haciendo un llamado a la conciencia. Fuera de Cuba, también hay patriotas. No se puede generalizar. Dentro de las propias filas del comunismo cubano han salido disidentes “vende patrias” que miserablemente intentan vender el país. No por eso vamos a pedir una abolición del partido comunista, pues tiene su derecho a existir.
Si mañana desclasifican que en CAFÉ operó un agente de la CIA, los otros miembros no pueden ser culpados de nada. Cada adulto es responsable por sí mismo solamente… Uno no tiene que rendir cuentas por nadie.
—¿Sera posible que ciertos individuos dentro de Cuba no perdonan ni aceptan que desde “el imperio” algunos cubanos no encajen dentro del perfil de “enemigo”?
— ¿Sera posible que incluso, algunos maquiavélicamente pretenden aislar a Arturo López-Levy en Estados Unidos para que continúe (ya no sé con qué ánimos) enfrentándose al gobierno estadounidense para remover el bloqueo pero que no tome prominencia en la isla?
— ¿Sera que en el fondo, lo que más se teme en la vida es que el del otro lado, se parezca demasiado a ti? El error entonces seria asumir, exclusivamente impulsado por esa eterna desconfianza a otros cubanos, que gente como Arturo son del otro bando.
Cuba esta reformandose y se estimula la critica constructiva para no más engañarse con la auto-complacencia. Es en serio pues admito que me he escandalizado por lo que algunos blogueros revolucionarios dicen y creo que hay quienes han cruzado la línea al atacar el mismísimo Estado. No pasara nada, nadie dudara de su “lealtad” ni lo marginaran.
El prejuicio es un sentimiento poderoso, una pasión que no construye puentes. Yo también pudiera refugiarme con recelo y suspicacia en ese confort decadente…no creer en nadie…salir con todos mis cuchillos afilados. Eso sería un egoísmo. No, por supuesto que no. Yo sé que la prejuiciada terquedad no conduce a nada positivo. Ahora mismo, la patria solo necesita unión, no más campañitas de descalificación a los mejores aliados que hacen la labor que nadie adentro puede hacer. Después de todo, si estas dentro de Cuba no corres riesgos de chocar con la extrema derecha. Es un lugar seguro, aún para los traidores que esperan en silencio la oportuna hora del cambio de bando.
Quizás estoy siendo yo misma paranoica, pero si en algo tuviera razón, creo que estaríamos frente a un serio problema para Cuba. Alucinar enemigos dentro de nuestra trinchera nacionalista,nos entretiene mientras que el verdadero enemigo sigue avanzando. Ese sí que no pierde su tiempo en camuflajes de metamorfismo. Nooo, es astuto y decidido y no desgasta sus propias filas en sangrías o purgas, es demasiado poderoso y despreciativo para eso.
Si un león avanza para comerme, usare los segundos que me quedan para con estrategia librarme de sus garras…no perderé tiempo en averiguar si la herbívora cebra a mi lado quizás esta en complot con el león. Para la fiera, los dos somos bistecs…