El famoso ex- futbolista inglés, David Beckham empezó jugando en el club ingles, Manchester United. Ha jugado en el club italiano A.C. Milan y con el club de Los Angeles Galaxy de EE.UU. Incluso jugó para los franceses en el Paris Saint-Germain. Es muy recordado por su tiempo en el Real Madrid, fundado por dos hermanos catalanes en 1902. Dicho club, que en el 2013 obtuvo mas ingresos económicos que cualquier otra entidad deportiva, hoy en dÃa su logo porta una corona por el espaldarazo legitimador dado por el propio rey español, Alfonso XIII de Borbón.
En la transferencia del 2003, bajo un corto contrato de €35 milliones, Beckham se unió al club del Real Madrid. Este club polideportivo tiene una imagen media monárquica e indudablemente Ibérica, y no por eso el deportista Beckham a la hora de jugar en la compañÃa justificó su nueva alianza criticando su nativa Inglaterra. ¿ Se imaginan si TODOS los deportistas profesionales que esporádicamente juegan por otros paÃses citaran “persecución” y fueran politizadas sus transferencias? No hace falta, pues sabemos que los deportistas ( o bailarines) tienen derecho a querer ganar mas dinero por sus actividades. Ellos son después de todo quienes mas sudan.
Las “deserciones” de cubanos son parte de la propaganda continua contra Cuba. Digo con toda intención Cuba y no gobierno, estado, o “comunismo” porque la guerra psicológica que sufre la nación cubana está dirigida contra lo más sagrado : el orgullo nacional. Al polÃtizar la emigración económica y convertirla en un espectáculo mediático se ofrece una visión distorsionada de nuestra época. Lo más normal del mundo es que artistas o deportistas se muevan de paÃs a otro dentro de una carrera profesional. Es una practica común entre los deportistas, enlistarse con el equipo que pague mejor, sea de la nación que sea.
En el mundo en que vivimos es imposible que la gente no emigre, incluso desde sociedades opulentas. Es un mundo de transnacionales donde el capital especulativo cruza fronteras a la velocidad de un CLICK en un ordenador, pero donde resulta un poco más lento y complicado montarse en un avión y volar en busca de oportunidades. Eso lo saben quienes viven del negocio de la contrarrevolución en los Estados Unidos, y explotan el lado débil de los cubanos retratando su conducta como: “fuga del comunismo”, lo que es simplemente una salida ilegal (en el caso de los balseros) o una deserción (en el caso de deportistas, artistas o médicos) que no se produce bajo un ambiente de persecución polÃtica.
Cuando los “desertores” dan sus declaración en la TV miamense, en el fondo tocan música melancólica de violines y pianos. Los reporteros cubriendo esta “gran tragedia” bordean las lágrimas al hablar de las supuestas vÃctimas que huyen de alguna monstruosidad. A la hora de regular su situación migratoria lo más fácil es el asilo pedido a un juez de inmigración, y como nadie va a creer persecución sufrida, entonces se apela a miedos futuros de imaginadas represalias, y hasta se especula sobre futuras persecuciones.
En realidad son personas que andan buscando una vida mejor, que en sus propias palabras hablan de que “quieren que su talento sea explotado”, o sea, buscan el éxito rotundo. Todos tenemos derecho a los proyectos de ambición personal, pero la superación profesional no tiene nada que ver con la polÃtica. Al menos uno de los bailarines que pude escuchar en la TV local, tuvo la decencia de hablar bien de Alicia Alonso, cuando un periodista trato de provocar una declaración de hostilidad hacia Cuba del joven.
Se sabe que la Revolución cubana es una fuente inagotable de capital humano. Artistas de todo tipo, intelectuales, o especialistas variados emigran en busca de mercados donde lucrar de lo que aprendieron muy bajo costo o prácticamente gratis en el socialismo cubano. Aunque Cuba este lejos del comunismo verdadero , y al margen del capitalismo acostumbrado, sigue formando ciudadanos calificados que como es lógico seguirán emigrando, y ya es hora de que no se haga polÃtica de algo que NO es polÃtico.