Vladimir Putin esta hoy a 90 millas al sur de los Estados Unidos, en Cuba. Tendrá encuentros con la dirigencia política del país, donde se tocaran temas abiertos al publico. Como es lógico, los otros temas más secretos serán en privado, pero siempre sobre lo que interese a ambos estados. Mientras Washington y sus aliados europeos ponen sus ojos en Ucrania buscando un control muy cercano a Rusia, el jefe de Estado ruso visita a Cuba y otros países latinoamericanos. No debemos olvidar que en el imaginario norteamericano, esos territorios al sur son más bien su patio trasero, así que no dudo que los paseos diplomáticos de Putin sean muy monitoreados por E.E.U.U.
Ahora que Rusia ha condonado el 90% de la deuda contraída por Cuba con Moscú, todo el interés esta puesto en el 10% restante, que será al reinvertirse por ley en la zona franca de Mariel, un importante lazo en las relaciones de ambos países. Esto desencadenara un acercamiento económico cada vez más comprometido, por no hablar del vínculo político que siempre trae el dinero y la industria cuando son apoyados por políticas de estado.
Putin viene con una propuesta de integración para una América Latina que esta en disputa. Brasil es muy importante y desde Washington se debería con humildad e inteligencia comprender la nueva dinámica del mundo actual, no vaya a ser que Estados Unidos quede aislado en su propio continente. Las multinacionales chinas, brasileñas o norteamericanas comparten la misma naturaleza de lucro, y pueden ser tan dañinas unas como otras para los intereses soberanos de cualquier pueblo. Lo que hace la diferencia son las políticas de los grandes estados que respaldan a esas gigantescas empresas.
Putin no es ni comunista ni anti-democracia, por muchas caricaturas o vídeos musicales en burla que hagan en la web afirmandolo. El sí le da más importancia al estado que al mercado, y en cambio Washington concede más importancia al mercado. Por lo tanto, pudiera ser que la oferta rusa sea más atractiva que la del neoliberalismo norteamericano. En especial porque por el momento, América Latina es una región con tantos gobiernos de izquierda, con presidencialismos, y con necesidad de un tipo de estado que se ocupe de lo social.