Debemos aspirar a un mundo mejor, sin ciertos idealismos imposibles o fuera de contexto, para lograr objetivos concretos, pero NUNCA renunciar a la utopÃa de una sociedad justa. Un lugar donde el fuerte no abuse del débil, y donde el egoÃsmo no florezca. En polÃtica esto se traduce a Justicia Social y una ciudadanÃa que goce de cultura e igualdad. Todo esto requiere cierta distribución de la prosperidad porque un ciudadano miserable en cualquier república termina transformandose en voto irresponsable.
Hasta aquà tenemos una descripción idealista burguesa de lo que debe ser una democracia. No solo existe el comunismo utópico; también existe una utopÃa burguesa. Se trata ante todo de una república ideal compuesta por ciudadanos virtuosos que ejercen el gobierno propio y que todos son absolutamente autosuficientes( económicamente hablando). Lamento que todo esto no sea mas que un idealismo extremo. A no ser que el ciudadano cuente con esclavos como en la antigua “democracia” ateniense, o que el pueblo sea pequeño y se reuna en su totalidad bajo un árbol para autogobernarse, es difÃcil no terminar con un gobierno de representantes. Es allà donde comienzan casi todos los males.
Con el parlamentarismo comienza la retórica, el cabildeo y la usurpación de la soberanÃa. Más tarde llega el desprestigio de los partidos polÃticos. Según un estudio de la Universidad de los Andes titulado:”Cultura polÃtica de la democracia en Colombia y en las Américas”, del continente, Colombia es el paÃs que peor ve a los partidos polÃticos. Pongo mi atención en Colombia porque es mejor referencia que Miami para cualquier latino.
Allà en Colombia, dice el estudio que el promedio de confianza polÃtica es de 31.0 puntos, usando el patrón de escala de 0 a 10, y lo más increÃble es que dicha investigación contó con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Por lo tanto, nadie puede decir que anda la izquierda detrás de este tipo de estudios. Si Colombia, que junto a Jamaica, Paraguay y Surinam es parte del bloque mas derechista del continente, la poca confianza en los partidos polÃticos ya es un hecho rotundo…la democracia basada en pluripartidismo en la región está en crisis.
Vivimos en un mundo de miserias, y aunque se produce riqueza no se distribuye bien. Decir entonces que TODOS los problemas de Cuba se resuelven con economÃa de mercado y gestión privada es también una ingenuidad, sobre todo porque en todas partes esa confianza excesiva en el mercado ha sido un desastre. Desde afuera emitimos una opinión marcada por nuestro entorno. Como generalmente hemos emigrado a sociedades opulentas del norte, es posible que no seamos muy objetivos y propongamos un modelo extranjero para nuestra isla que acabe empeorando la vida de nuestros compatriotas allá. Digo que hay que mirar a la América Latina en busca de mejores referencias, y tener mucho cuidado con Miami, que ni siquiera es un paÃs.
Se que algunos cubanos emigrados pudieran decir: “Yadira, Cuba no puede estar peor, cualquier cambio es bueno”… y cosas similares, pero en realidad siempre se puede estar PEOR. Eso lo supieron los rusos a finales de los 90, cuando morÃan de hambre y frió mientras los pillos empresarios prosperaban. A ellos también le decÃan “no se puede estar peor”, para engañarlos y empujarlos al abismo.
Tenemos que ser maduros y responsables con el destino de nuestra nación. No debemos escuchar a esos que en medio de las reformas quieren sabotearlas con plebiscitos extravagantes (desde la derecha, por supuesto) o golpes sutiles de liberalismo extremo (desde la izquierda, dentro de Cuba)para derrumbar el estado y levantar mediocres partiditos polÃticos al servicio del capital ajeno.
Claro que me gustarÃa mas democracia para Cuba, y mayor prosperidad, y no creo que socialismo y democracia sean contrarios. Si hay una cosa que me gustarÃa es un mayor bienestar para mi pueblo, pero precisamente para lograr eso hace falta que no se desmantele el estado cubano como lo intentan algunos Yeltsin escondidos por ahÃ.