En 1898 los cubanos nos libramos de España y tuvimos república. La Iglesia y la monarquÃa fueron afectadas, por supuesto y España perdió la última de sus colonias en América . Como consecuencia se hundió la monarquÃa sin remedio en una miseria moral, espiritual y económica que terminó en guerra civil. Los cubanos por nuestra parte desde aquella fecha tuvimos medio siglo sujetos a la voluntad norteamericana y otro medio siglo de socialismo e independencia donde de nuevo fueron afectados intereses privados. Una Revolución no es posible sin que eso suceda, y la del 59 fue algo radical con la propiedad privada.
Ahora un grupo económico desde España se dispone a sacar ventajas de una hipotética transición hacia otro sistema en la Ãsla, que les permita hacer dinero mediante indemnizaciones. El problema es que para imponerles esa carga financiera a las nuevas generaciones de cubanos, este grupo atemoriza asegurando que si no les dan la riqueza exigida, nadie invertirá en Cuba por falta de confianza.
El grupo esta haciendo expedientes y tratando de juntar voluntades de los descendientes de los antiguos confiscados. A esos que quieren disfrutar de tributos sobre el trabajo ajeno con argumentos torcidos les podemos decir que ha pasado mucho tiempo y que su deseo no puede ser satisfecho porque es inmoral que paguen gente que no habÃa nacido a mediados del siglo pasado. Quieren endeudar a una futura economÃa que descansará en una generación de trabajadores que va a necesitar carreteras, puentes y ciudades que sean útiles al pueblo cubano, y por construir ese futuro vale la pena endeudarse, pero no para arreglar cuentas pendientes entre generaciones pasadas.
La empresa que tiene la desfachatez de anunciarse en una página virtual que llaman “1898” y que esta hospedada en un servidor en Lombardia (Italia) dice entre otras cosas por el estilo: “Derecho sucesorio. Nos encargamos de todos los trámites necesarios para actualizar la situación jurÃdica de la herencia sobre los bienes inmuebles incautados en Cuba.”
El chantaje de que “no habrá inversiones sino nos dan dinero” puede impresionar a los débiles de mente, pero la realidad es que se puede negociar todo tipo de cosas pero desde posiciones de respeto. Si no respetan a Cuba, y sueñan con poner tributos a los cubanos para satisfacer apetitos no respaldados moralmente… van al fracaso.
Como cubana nacionalista, por unos segundos voy a pensar como una legisladora…
¿Reclamaciones de fincas?- Están fuera de la ley por causa del tiempo transcurrido, y por ser la tierra de Cuba un bien general de la nación.
¿Casas viejas o monasterios?- Se puede negociar.
¿Grandes empresas como Bacardi y la industria del azúcar de los Fangul? Se DEBE negociar para bien general.
¿Acaso como demócratas no debemos siempre pensar en la mayorÃa? Pues la mayorÃa saldrá ganando con la creación de empleos y acertadas medidas de mercado, y esto no se logra endeudando a los cubanos con una avalancha de reclamos de dudosa reputación. El enorme riesgo de fraudes masivos y de falsificaciones de todo tipo, se suma al intento poco ético de convertir una antigua propiedad semidestruida en unos bonos de deuda pública para que un lejano beneficiado pueda comprarse un bonito yate en Barcelona o alguna casa de verano en Mayorca.