Adiós Pearl Paint

By Yadira Escobar on

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Como seres mortales, los finales nos afectan emocionalmente. Las despedidas entre seres queridos, el season finale de la serie televisiva que seguiste durante años, o el cierre de una icónica tienda de tu infancia.

Desde 1933, la cadena de tiendas Pearl Paint, suministraba toda clase de materiales de arte. Una de sus mas famosas tiendas en Manhattan, en la apiñada y concurrida Canal Street, abastecía la necesidad de los artistas de la calle. Los que prefieren crear arte en vez de distraerse entre las miles de repletas hasta el tope de falsos Rolexes o replicas de Louis Vuitton, se mantenían al tanto de los movimientos artísticos al entrar en contacto con dependientes muy informados. Las corrientes prevalecientes, las innovaciones de materiales o medios, y la chispa por seguir creando, se mantenía viva al chocar codos con asistentes que en muchos casos eran artistas también. De hecho, cada vez que en Pearl me vi desorientada no tardaba algún dependiente en informarme sin reservas sobre las pinturas o los lienzos pues casualmente siempre eran pintores del óleo como yo, con ganas de compartir conocimiento y experiencias.

Desde niña Pearl Paint era ese manantial de arte en medio del desierto cultural que es el sur de la Florida. Era la tienda de bombones y caramelos más seductora, la fábrica de juguetes que almacenaba maravillas…el algodón de azúcar de la imaginación.  Aunque admito que una visita te drenaba la alcancía pues un pincel a $20 cuesta un ojo a la cara para un estudiante, por más profesional que sea dicha brochita. Seleccionar significa renunciar, así que si al escoger una modesta cajita de acuarelas me quedaba un año más con el mismo par de zapatos, para un pintor la ecuación esta 100% justificada y sensata.

El otro día, con gran pesar en mi corazón me enteré que no sólo la última tienda de Pearl Paint quebró y cerró sus puertas, sino que la última de Fort Lauderdale se fue también. Es como descubrir que Blockbusters dejará de rentar casetes, que Circuit City no lucirá más grabadoras futuristicas, ni que…oh wait, ¡ya ninguna de esas tiendas existe! Sears, JCpenny, Radioshack y DirectTV ya están en las lista negra de desapariciones, y según la lista del Wallstreet Journal para el 2015, los teléfonos Blackberry y tshirts de Aerepostale serán cosa del pasado.

Las cifras son alarmantes, pues en solo dos años de recesión en este país perdimos alrededor de más de 170,000 negocios pequeños, desde el 2008 al 2010. Ellos no suelen salir en las portadas de ningún periódico como anuncio pero son la columna vertebral de nuestra sociedad, ahora imagínense a qué nivel de crisis estamos que en esta jugada hasta los medianos están cayendo.

Digo medianos, pues los GRANDES, las pocas manos refinadas del capital concentrado…esos nunca resbalan. La acumulación de capital se acelera de manera exponencial y ya no solo es cada vez más fantasioso crear tu propio negocio, sino que corremos los humildes ciudadanos gran riesgo en esta crisis. Una vez que toda la riqueza este acumulada por el 1%, ¿cual será nuestro destino? No creo que cesará toda actividad económica, ya veremos cual que otra maniobra peligrosa se les ocurrirá para controlarnos mejor en este gran experimento global.

 

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