Yoani Sánchez al no contar con una ideología definida, o una plataforma política coherente para justificar su negocio, arremete contra las personas basándose en su apariencia física. Esta vez se mete con la barba de un cubano del cual sabemos muy poco, pero que al parecer la bloguera culpa por su apellido.
Hay mucha imaginación popular con el poder y el apellido Castro, pero a veces eso no nos permite entender que la barba es algo natural en los hombres. Algunos se la afeitan, algunos se la recortan, mientras que otros se la dejan crecer a todo esplendor como mismo hace ella con su cabello largo. Todo el mundo tiene derecho a decidir sobre su estética personal. Claro, no todos los empleadores privados permiten cabellos o barbas infinitas pues desde mediados del siglo XX los patrones mas “profesionales” del físico en el mercado laboral son bastante estrictos. Es esta la razón por la cual muchos empleos no permiten lucir tatuajes, piercings o chancletas.
Ella seguramente asocia los barbudos a la Revolución, y eso es comprensible, porque tiene que ver mucho con la imagen inicial del Ejercito Rebelde. Pero de ahí a decir públicamente que es un barbudo más en el gobierno, demuestra una obsesión con el poder que quizás no le permite ver con seriedad el complejo funcionamiento de un estado.
Me gusta imaginarme una Cuba futura donde las personas no sean discriminadas por su apariencia. El racismo, el antisemitismo, el muchísimo y todos esos pretextos que la gente con pereza intelectual y egoísmo usan para descalificar al contrario, deben dejar de existir. De las buenas costumbres depende muchas veces hasta el plato de comida de los buenos ciudadanos. El choteo y el ataque personal, impiden que la buena cultura política se abra paso.
Un viejo y hermoso pensamiento dice: “No hagamos a los demás lo que no nos gustaría que nos hiciesen a nosotros“. Nuestro José Martí, tambien dijo: “yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre. Con choteo y ataques personales no avanzaremos por el camino más civilizado, sino por el mas bárbaro, por ese camino oscuro que nos derrotaría como nación.
Gracias a los “hipsters”, desde los años 70 las barbas siguen incrementando en popularidad. No solo esta el movimiento “Movember”, donde por un mes los hombres se dejan crecer las barbas para despertar la conciencia colectiva sobre el cáncer del colon, tambien más recientemente tenemos otro movimiento que promueve el dejarse la barba crecer por un mes para combatir el cáncer intestinal.”Decembeard“.
Ambos movimientos me parecen muy originales y creativos, pues muchos muchachos por la web han declarado que el reto de dejarse crecer por primera vez la barba les ha dado una fuerte dosis de autoestima y liberación personal.
Como es lógico, estas fundaciones, organizaciones y movimientos culturales han afectado a las compañías del aseo personal masculino, que ganan mucho dinero vendiendo millones de cuchillas y toneladas de crema para afeitar. Sin contar que esta comprobado que cuando un hombre se libera y deja crecer su adorno natural, lo más probable es que tampoco se fastidia mucho con el vello corporal y afecta por lo tanto más aún a la industria del afeitado.
Personalmente creo que el diseño original del ser humano es maravilloso y aprovecho el momento para decir que no debemos nunca avergonzarnos de la natura. Que caso más patético por ejemplo, el de aquel emperador romano que desde niño bebía un elixir especial para jamás desarrollar barba, obviamente no funcionó.
¡Que bonita sería una campaña entre jóvenes cubanos por dejarse aunque sea un mes la barba, y así demonstrar que las nuevas generaciones saben vivir en sociedades de pluralidad! Es mas, si alguno de ustedes decide hacerlo, o simplemente ya tiene barba o los comienzos de una, y esta orgulloso de ella, mandeme su foto a mi cuenta de Facebook que se la publicare aquí mismo en el blog. 😛