Hace unas horas he eliminado el botón de PAYPAL, que incitó tantas pasiones entre algunos, e inspiró intrigas y sospechas en otros. Aunque medio mundo de sitios improvisados, y con bajos recursos, tratan de cualquier tópico y piden donaciones para ayudar al creador, parece ser que Yadira Escobar no puede hacer lo mismo. Entiendo perfectamente que a pesar de eliminar dicho botón, seguiran a mis espaldas multiples murmullos de que mi blog es sostenido por alguna entidad fuera de mi hogar, pero whatever…ya no tienen la excusa fácil.Tampoco me gusta provocar paranoias o inquietud emocional en nadie.
Lógico que hubiera sido útil recibir una palmadita en la espalda para ayudarme con los costos del sitio. Sostener un periodismo alternativo frente a unos medios privados que cuentan con enormes recursos para desinformar y crear estados de opinión en mi comunidad no es cosa fácil. He querido aclarar con total transparencia mi periodismo alternativo e independiente, porque vivo en un lugar donde la extrema derecha ofrece una vulgar lectura sobre todo el que no repita sus consignas, tachandole de: agente pagado por Cuba.
Para mis amigos y enemigos debe quedar bien claro que el año pasado solo recibà por PayPal una donación de $50 de parte de una buena cubana. Usted señora, debe saber que fue la única persona que donó, y le doy las gracias. Me llegó a tiempo para pagarle al servidor donde tengo alojada mi página-Web. Este año el botoncito naranja de PayPal no ayudó ni con un solo dólar…NADA.
Si sirvió de excusa a los extremistas para acusarme de hacer lo que hago por salario, de manera que el botón “del dinero”se va de la página porque puede desarrollar fantasÃas malsanas.
La expresión más abstracta de los males de nuestro mundo se llama dinero. El mercenario, el codicioso, el corrupto y quien tuerce la justicia por sobornos usan a misma moneda que podrÃa usarse para nobles causas y bonitos proyectos. Ya sabemos que el dinero no compra la salud, el amor ni la vida, y debe ser muy difÃcil para el millonario que esta al borde de la muerte y que siempre se acostumbró a comprarlo todo, cuando descubre que toda su fortuna no le puede comprar ni siquiera unos minutos de esa preciosa vida que jamas compramos a nadie.
Mi compromiso es con mi nación, y eso jamás va a recibir el patrocinio de ningún grupo polÃtico en este planeta, por eso es mi deber seguir escribiendo para ustedes, para la verdadera sociedad civil que dispersa por aquà y por allá espera por dÃas mejores. Yo nunca les fallaré.
Gracias a todos, porque me leen y comparten mis principios. Mi corazón está con ustedes.