“Quiero pedir disculpas de todo corazón a toda la comunidad cubanoamericana aquí en Miami… nosotros los músicos no deberíamos hablar de política”, dijo Descemer Bueno en Televisión pidiendo disculpas por haber tenido una opinión diferente. No solo tuvo pensamientos prohibidos, sino que se expresó frente a las cámaras de RT hace un tiempo, y eso no se le perdonó en Miami.
No tengo idea cuan profundo fue el miedo que le infundieron en el corazón a este artista para rebajarse ante la extrema derecha. Es buena educación pedir perdón cuando obramos mal, pero pedirle perdón a gente que ni se lo acepta es no darse valor. Sus disculpas y perdones fueron despreciados por los intransigentes, que no entienden y ahora lo llaman oportunista. Los cubanos en la isla que se enteraron ahora, seguramente lo despreciaran por su falta de valor.
Me pareció triste que lograran intimidar y hasta acomplejar a Descemer Bueno, el del hit “Bailando” que aparece por todas las estaciones. Que trágico que pensara que hace falta ser todo un experto en temas socio-políticos para mantener su criterio cívico.
La libertad de expresión no puede ser ejercida en Miami sin graves consecuencias, así que de cierta manera comprendo a Descemer y su deseo de no resultar dañado en sus intereses privados, pero como lo colectivo es superior a lo individual, y el bloqueo a Cuba afecta a once millones de hermanos en Cuba, creo que hay que señalar su debilidad como cosa mala.
Entiendo que como artista que vive del entretenimiento le va a preocupar no alienarse del mercado de Miami pero la realidad es que la extrema derecha a quienes el provocó no compra su música. Las viejas generaciones ni disponen ya de mucho capital, ni comparten esos nuevos gustos musicales. Por lo general la juventud de derechas está muy transculturizada para querer comprar discos en español y juventud liberal de indefinidas izquierdas no exige esas cosas de sus músicos cubanos. ¿Para quien lo hizo entonces?
El termómetro que mide el nivel de intolerancia es inútil cuando se sabe de antemano que si pretendes aspirar a algún cargo público en X zona tienes que autocensurarte. No es un secreto que seguimos experimentando una especie de caza de brujas. No solo los servidores públicos deben adherirse al discurso oficial, sino que deben incorporar a su vocabulario la carretilla de propaganda simplona de: “dictadura-castro-comunista-fascista” siempre mencionado frente algún micrófono para que quede en record. Sin esa práctica , no hay carrera exitosa.
¿Quién le ha dicho al músico, que para tener una opinión hay que ser un experto político? Cuando dijo: “Creo que cometí el error de no documentarme bien”, me parece que está dejando la suerte colectiva de los cubanos en manos de esa casta de la política profesional que sirve al dinero en todas partes. No Descemer, no hay que ser un intelectual para entender la guerra sucia contra Cuba, ni un político para denunciar un bloqueo que es más un tema humanitario que ideológico.
Descemer, yo soy cubanoamericana, y no creo que tienes que disculparte por solo haber ejercido la libertad de expresión en mi comunidad. Mucho menos por haberte pronunciado en contra del bloqueo, que tanto daño real produce a los cubanos en la isla.