Desde Noviembre 24 la multinacional japonesa Sony ha sido infiltrada, comprometida y atacada por anónimos hackers. Este poderoso conglomerado empresarial ya no solo produce una vasta variedad de electrónicos para los consumidores, también está en la industria del cine, la música y hasta ofrece servicios financieros. Los piratas que entraron silenciosamente al sistema de Sony y se robaron miles y miles de páginas de datos secretos y privados de la compañía (el volumen estará por los ++) se identifican como los “Guardianes de la Paz” y Sony apunta el dedo a Corea del Norte.
Para el 25 de Diciembre, la comedia “The Interview” (una película sobre una agente de la CIA intentando asesinar al líder coreano Kim Jong Un) se espera que estrene en los cines. Sony financio dicha película que ofendió bastante al gobierno Coreano quienes hasta presentaron una carta en las Naciones Unidas, declarando que era un apoyo solapado al terrorismo. Sony por lo tanto está convencido que fueron ellos y unos cuantos deben estar nerviosos para el supuesto “regalo de Navidad” que prometieron los hackers. Diciembre será para Sony un mes de endeudamiento y gastos exorbitante porque según los estimados los daños extras serán como unos $100 millones de dólares en reparaciones. Después de todo, que el libreto entero de la próxima película de James Bond, “Spectre” este ya disponible al publico cuando el film ni se ha grabado desmitifica la pompa hollywodense.
Películas aun sin estrenar en los cines ya están públicas en sitios de descarga gratis, los números sociales de miles de empleados y muchos correos vergonzosos entre altos ejecutivos y productores están expuestos para todos ver y analizar. Los hackers han revelado al mundo las profundidades más ocultas de una industria altamente secretista y encerrada.
Ya sabemos cómo distribuyen y manejan el dinero hasta el último detalle, cuan despreciativos y elitistas pueden ser en la cúpula de la industria del entretenimiento popular y cúan feroces son en la competencia corporativa. Por tal de no beneficiar a sus rivales económicamente, Sony se dedica a descargar películas de otras compañías para estudiarlas detalladamente. Es cierto que por fin el público tiene la oportunidad de conocer más a fondo ese mundo glamoroso que ellos mismo han financiado comprando sus servicios, pero surgen dudas éticas.
¿Hasta qué punto los periodistas tienen derecho ético a utilizar jugoso material que fue ilegalmente obtenido por delincuentes cibernéticos? Visto desde estrictamente un punto de vista frío y legalista es totalmente legítimo pero bordear esa línea fina entre audaz periodismo y violación de la privacidad. En esta era de tantas redes sociales y la rapidez de diseminación de noticias, chismes y actualizaciones la privacidad personal y corporativa está expuesta a ser violada diariamente. Por lo menos los periodistas no han publicado los números de teléfono, correos personales o números sociales de los empleados comunes y desprotegidos pero la verdad no es tan así. ¿Es un gesto espontáneo de benevolencia y compasión de parte del periodismo o simple miedo a la ley?
NOTA: La foto es una dramatización 😛