Cuba ahora existe más que nunca en los medios que tradicionalmente preferian mencionarla sólo para explotar más aún el estereotipo del criollo comunista que siempre parece tan peligrosamente exótico. Ahora esa imagen se está actualizando, porque desde que el tercer estadounidense en pisar tierra cubana después de Roberta Jacobson, el periodista Brian Williams de NBC News, empezó a transmitir desde el malecón ya Cuba luce tan diferente en la TV. Dicho periodista ha comentado que la razón por la cual no existe ninguna foto del histórico arribo de la delegación Norte Americana era porque preferirían un bajo perfil. Asumo que los diplomáticos estadounidenses evitaron crear una icónica foto de “Los Americanos regresan a Cuba”, si fue así entonces es una señal de buen gusto.
Las conversaciones entre Estados Unidos y Cuba han estremecido la opinión publica en todo el mundo, y en Estados Unidos se producen todo el tiempo comentarios de noticias y programas de humor donde el tema sigue creando una opinión que hasta ahora es favorable al acercamiento de ambos pueblos. El segundo mayor emisor de tarjetas de crédito en Estados Unidos MasterCard, a partir del próximo primero de Marzo estará en plenas funciones en Cuba, y esto genera una escalada de entusiasmo muy alejada de los proyectos subversivos del pasado, aunque eso no quiere decir que se haya renunciado por completo a tratar de conducir a los cubanos por el camino de la obediencia a los valores del sistema norteamericano pero ese tema ya es mucho más larga para este simple post.
Ambos pueblos se dirigen hacia una relación normal con pasos civilizados de respeto mutuo, pero estamos hablando de dos países con modelos políticos totalmente diferentes que aunque se benefician mutuamente al conversar, otorgándose legitimidades negadas en el pasado por la guerra fría, también conservan cierto lastre de ideologías e intereses políticos.
Hoy casi el 20% de la fuerza laboral en Cuba esta desvinculada del estado y la descentralización de la economía es cada vez mayor, pero la guerra económica continua favoreciendo un estado de excepción y un clima de temor que solo favorece la respuesta autoritaria contra toda disidencia. Extrañamente se insiste en no favorecer el clima democrático, como si en realidad se supiera de antemano que la voluntad popular con una mayor democracia derivada de una normalización total, se alejaría aún más de los opositores actuales tan dependientes del exterior.
Cuando Roberta S. Jacobson se reúne con la disidencia, es muy probable que lo haga siguiendo los patrones éticos de una política muy norteamericana que tiene por costumbre reconocer a elementos representativos de la sociedad civil de otros pueblos para no aparecer como un gobierno que solo lidia con entidades similares a sí mismo, pero en realidad esa conducta choca directamente con los valores éticos del sistema cubano que tiene muy bien definido el carácter artificial de esa disidencia. Opino que este choque no ayuda al clima de respeto que necesitan ambas partes desde el punto de vista diplomático. Cuando Josefina Vidal, desmintió lo que la delegación estadounidense ya estaba alegando sobre unas ficticias presiones en la reunión sobre el asunto de los Derechos Humanos, se produjo una situación incómoda. Es demasiado temprano para eso.
Creo que aún hay quienes no se han percatado que de verdad estamos las mayorías tratando de salir de la Guerra Fría, once and for all. Como cubana siento que subestiman nuestra inteligencia quienes aseguran como Radio-Martí que ocurren encuentros milagrosos entre opositores al régimen cubano y el gobierno de los Estados Unidos. Hace unos días ese medio federal nos contó lo siguiente: “Parece increíble que el destino o las casualidades de la vida hayan juntado a Rosa María Paya, hija del fallecido líder opositor cubano Oswaldo Paya, y a Roberta Jacobson, secretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental…“
Esta “mística”historia me recuerda demasiado aquel otro encuentro casual entre la disidente cubana Bertha Soler y la diputada opositora de Venezuela María Corina Machado en el aeropuerto de Miami. ¡A otro con ese cuento!
Mientras sigan existiendo presupuestos y agendas subversivas para hacer trucos a un limpio acercamiento, se retrasará aún más el momento feliz de la normalización total que ambos pueblos necesitan.