Esta semana ha estado entre nosotros el deportista cubano, Tony García Acuña en su primera visita a la ciudad de Miami. Es el primer patinador profesional en más de 20 años en venir a participar en un evento como el recién “PAN AMERICAN SPEED CLUB CHAMPIONSHIPS”, el segundo realizado en Miami con la participación de diferentes clubs latinoamericanos. Por teléfono pude comunicarme en dos ocasiones con Tony García para enterarme de los hechos y conocer su experiencia emocional al pisar tierra norte americana con las claras intenciones de ejecutar profesionalmente el deporte pero representando a su país.
Digo representando porque aunque tampoco fueron Olimpiadas oficiales, de cierto modo cada deportista, médico o cantante que arriba a esta costa es visto vagamente como un emisario de la Cuba actual, la Cuba que según algunos es un freak show producto de un tiránico experimento social. Por lo tanto, dichos espectadores tratan de observar en silencio las andanzas y conducta del visitante cubano para pescar cualquier tropiezo o resbalón. Claro está que los cantautores como Buena Fe, Pablo Milanés, Frank Delgado, etc. son las celebridades favoritas de los medios y las organizaciones “anti-Castristas” de Miami y a veces opacan los demás visitantes. ¿Sera posible que el simple hecho de que los cantantes organicen conciertos que generan dinero es suficiente razón para despertar la atención en el radar?
De hecho, cientos de cubanos profesionales visitan Estados Unidos constantemente para participar en eventos deportivos, atender conferencias, lecturas universitarias, realizar investigaciones académicas, tomar cursos universitarios e incluso trabajar sin salario. Pero esos visitantes solo existen si cometen algún error que luego es señalado como resultado intrínseco de la educación pública de Cuba, cuando en realidad se trata de mal entendidos o lapsos individuales ante situaciones de mucha tensión emocional como el caso de la deportista cubana que al perder mostró sus dedos índices y luego fue suspendida por un año al regresar a Cuba.
Hoy pude conocer personalmente a este joven deportista cubano y lo primero que me impactó fue su sencillez y máxima respetuosidad hacia las personas. Se ha llevado una buena impresión del sur de la Florida y eso nos hace felices a quienes estamos a favor de todo tipo de intercambios culturales, deportivos o académicos entre Estados Unidos y Cuba. Claro, no han faltado personas que se han aprovechado de su visita para desahogar antiguos resentimientos contra el sistema cubano, pero con sabia paciencia confesó que ha respetado cada declaración negativa porque entiende que cada cual es un resultado de su propia vida. Comentó que él no se encariña con ninguna ciudad por las edificaciones o carreteras, sino con las personas, y debo decir que como un “emisario no-oficial” del pueblo cubano, Tony, un nativo de la Habana me refuerza mi optimismo en el futuro.
Lo vi libre de dogmas o prejuicios antiguos pero muy conscientes de su responsabilidad ciudadana con la Patria. Confío en jóvenes como Tony. Nuestra época es una preciosa oportunidad para superar viejos conflictos que ya hoy no tienen sentido ni justicia. El deporte, la cultura y la educación pueden ser un espejo donde se refleje lo mejor de la humanidad, por eso les compartí estás fotos, porque a veces suceden cosas bonitas e importantes para nuestra comunidad, y los medios de comunicación ni siquiera lo mencionan brevemente.
Tony García llegó a ganar tercer lugar en las competencias PAN AMERICANA, recibiendo una medalla de bronce y le deseo mucho más éxito en su profesión.
NOTA: Como no pude asistir en persona a la competencia, el gran amigo que compartimos, que fue quien nos puso en contacto, generosamente proveyó las dos primeras fotos de este artículo así que nuevamente se lo agradezco.