 Estamos en el siglo XXI y nos estamos encontrando con nuevos retos civilizadores que de no ser resueltos a mayor velocidad que el desarrollo de las tecnologias van a rebajar todo lo logrado hasta ahora en derechos sociales, y la ciencia será una herramienta al servicio de una elite cada vez menos comprometida con las mayorias.
Internet es una amplia avenida que no lleva a ninguna parte si uno no tiene una ruta pre-establecida. Como hay tantas distracciones es imposible el estudio o intercambio en cualquiera de las artes o ciencias de interés si uno no ejerce disciplina y auto-control. Los niños corren numerosos riesgos y nuestra privacidad puede ser violentada por criminales o gobiernos entrometidos que quieren saber TODO sobre nosotros, los civiles.
Para un ciudadano aburrido o desanimado, en la Internet le esperan los vicios y la enajenación. Pero dejando esos casos inofensivos al bien mayor, es mucho más serio el problema del crimen sobre la propiedad intelectual, el trafico ilegal (de todo tipo) y el terrorismo, que sigue descarriando juventudes inseguras. Por lo tanto las reglas cÃvicas y el Estado, deben de cierto modo proteger al débil que navega en la web. Hablar de una Internet sin reglas es tan absurdo como hablar del trafico veicular sin semáforos.
Lo mejor de Internet es la democratización del saber, y el sentido comunitario global para mantener lejos de nosotros el egoÃsmo de los grupos cerrados. Creo entonces que es saludable para los cubanos en la isla una mayor conección con la red global ahora que Estados Unidos y Cuba se dirigen a una normalización de relaciones. Que solo el 5% de la población cubana (según afirman los medios en EE.UU.) este conectada es preocupante, pero el asunto ha sido politizado hasta ahora y no se señalan las sanciones contra Cuba como parte del problema.
Los cubanos ya de por si están en desventaja al consumir tanto material audio-visual producido en Estados Unidos, pero aún asà no veo peligro alguno a la independencia de Cuba o a la cultura particular de nuestra nación con una mayor conectividad, claro está, mientras la Internet no sea asaltada por monopolios capitalistas interesados en controlar nuestra libertad.
Grandes empresas que proveen Internet en Estados Unidos están sumándose a republicanos muy conservadores que desean cambiar la estructura igualitaria del servicio eliminando la neutralidad de la red. Aunque el presidente Obama se ha declarado públicamente como un defensor de la Internet “neutral” el hecho de que grupos económico-polÃticos les haya pasado por la mente crear monopolios y discriminar es la señal de que las grandes riquezas temen toda gran revolución democrática como la originada con la Internet “neutral” hasta ahora.
El Estado tiene derecho a defenderse de los ricos, pienso yo como ciudadana de este mundo en cambios, y para frenar al pensamiento elitista y monopolista es muy útil la FCC (federal Communications Commission) en Estados Unidos, ya que no está sujeta al Congreso y a la acción republicana en contra de la igualdad en el Internet .
Se planea degradar el servicio artificialmente para quienes paguen menos a los proveedores de servicios de Internet (ISP) pierdan el “carril rápido”, como señaló Michael Weinberg, vicepresidente de Public Knowledge, grupo de defensa digital en Washington , DC.
Con costos más altos, compañÃas como Netflix, que es el mayor usuario de ancho de banda en los EE.UU., pudieran pagar más a los ISP para asegurarse de que su contenidos sean accesibles a sus clientes, dejando atrás y en lentitud pasmosa a millones de páginas de interes social que no pueden competir en costos. ¿Cual seria entonces el destino de los medios alternativos y los periodistas independientes?
Los cubanos por su parte desean conectarse YA, y no necesitan ese cacareo demagógico de los opositores neo-anexionistas por el “derecho a Internet”. Nadie en Cuba eligió a nadie para reclamar Internet, sino que de forma natural y a medida que se desarmen las sanciones contra Cuba la conectividad será una realidad, y quedaran atrás los dÃas de quienes impidieron desde hace mucho por medio de la guerra económica que el cubano en la isla tuviese una vida normal y conectada al mundo exterior.
La terapia de choque aplicada mediante un conjunto de sanciones incrementadas desde los años 90 lograba el aislamiento y la confusión en los cubanos de la isla. Se deseaba un cambio de régimen violento que justificara una ocupación o intervención exterior en medio de una creciente desorientación ideológica. Hoy muchas cosas han cambiado, y es oportuno al cubano que ame su Patria aprovechar el desarrollo tecnológico sin complejos de inferioridad, y con un permanente estado de alerta ante un mundo virtual donde ya se están creando estados de opinión e ideologÃas contrarias al interés democrático.