Levantarse con el “moño virado” no significa que tu día sera estropeado irremediablemente por ese inexplicable mal humor porque surgirá sin dudas un problema real para sacarte de esa bobería temporal , pero dejarse uno convertir en un voluble si puede estropear tu vida entera.
Culturalmente, los cubanos tenemos una tendencia a justificar el predominio de las emociones sobre la lógica. Eso tampoco es malo, siempre tanto se mantenga dentro de los limites razonables, cosa más fácilmente dicho que hecho porque ese limite casi ni existe. Es muy común ver entre nosotros a alguien perder el control, y hasta vanagloriarse de haberlo perdido lo cual es peor aún. Eso es evidente cuando vemos el triste espectáculo de adultos voluntariosos que cuando no aceptan algo arman verdaderas perretas y hasta pataletean, algo que he visto con mis propios ojos.
¿Quien no ha visto vídeos de mujeres “disidentes” en Cuba, golpeando a los policias porque no aceptan que le arresten algún pariente o conocido?
Sabemos cuales serían las consecuencias de un civil que se atreva a tocar el cuerpo de un policia en Estados Unidos y por eso no deja de ser un objeto de discución en Miami la relación entre la sociedad civil y los agentes del orden, cuando se compara el comportamiento de cubanos en ambas orillas.
En estos fotogramas de un vídeo subversivo de un grupo opositor (Unpacu), se puede ver a tres mujeres tratando de golpear y obstaculizando su trabajo a agentes del orden público.
Si un cubano voluntarioso se frusta es altamente probable que quiera elevar su queja al máximo nivel posible, que es siempre el nivel político. Un caso típico de crispación emocional y bandazos ideológicos es muy visible en el músico cubano Manolín, que si le seguimos la pista política y tratamos de acompañarle en los sentimientos nos encontraríamos cada día más perplejos y extraviados. Desde criticas a la derecha cubana en Miami y al modo de vida norteamericano en los días en que el empresario Emilio Estefan no le hacia caso y vivía según el, desamparado y usando su automóvil como hogar, hasta su ultima queja política contra el Estado cubano desde la isla:
“Si va Juanes a la Habana, le dan la Plaza de la Revolución, y a nosotros los artistas Cubanos, que somos, a quienes en verdad nos pertenece esa Plaza, pues no, a nosotros no…Y en mi caso ni hablar, no me dejan, ni cantar en mi propio país, Claro, porque yo soy un negro cimarrón.”
Manolín evidentemente se siente muy libre en Cuba cuando se atreve a expresarse de esa manera públicamente. No veo señales de que se queje desde el interior de una pesadilla estalinista cuando dice:
¿Quien fue que le dijo a los Castro, que son dueños de 12 millones de Cubanos y que hemos de hacer lo que ellos quieran, hasta donde ellos quieran y cuando ellos quieran?
De más está decir que el músico está tratando de “desafiar” desde la tranquilidad interior de quien nada arriesga, y lo hace como en medio de un reproche al poder político por no haberle regalado fama y fortuna. El marco de privilegios cada día se va estrechando y quienes quedan fuera de ese areito benefactor recurren a métodos inusuales. Hablando desde mi experiencia personal, les informo que es casi imposible vivir del arte en una sociedad de mercado, y mucho más en un país pobre y socialista como es la Cuba actual.