Manuel Cuesta Morúa quizás no tenga mala voluntad política, sino una ingenua admiración por el socialismo escandinavo y cree poder transportarlo a Cuba.
El está entre los escasos opositores cubanos que apoya el restablecimiento de las relaciones de Cuba y Estados Unidos. Dice ser socialdemocrata y ha hablado en el pasado mal de la derecha cubana como opción para Cuba, llegando a reclamar en el 2004 el apoyo de la “izquierda democrática mundial” diciendo literalmente:
“No vaya a suceder que después realmente Cuba caiga en manos de la derecha…”
Sin lugar a dudas estos cubanos que dicen querer socialismo y capitalismo al mismo tiempo o no se han enterado del fracaso socialdemocrata en Europa, o aspiran a competir con el gobierno a ver cual versión de la izquierda es más exitosa para lidiar con los Estados Unidos.
Entre izquierda e izquierda por cierto, al cubano le iría peor con la que desde la oposición trata de dividir la nación con el tema de la raza. Manuel Cuesta no ha creado un partido racial todavía, pero anda tratando de explotar el racismo marginal insinuando que el Estado cubano discrimina a los negros y mulatos de manera institucional, y esto no me parece cosa responsable. Entiendo perfectamente que lo diga alguien que cree que Cuba es como dijo hace unos días:
“el pájaro (Cuba) que necesita comer en el nido de la economía global y en el nido de la globalización..”
Señor Morúa, nada en este mundo es gratis. Acercarnos a nidos ajenos a comer como mansas palomas tiene un precio, sobre todo si dicho nido es propiedad de un águila imperial.