Se habÃa vestido en sus mejores ropas para presenciar la obra histórica que detalladamente seria narrada y hasta con interprete para que ella no se perdiera ni una sola palabra de hechos memorables del pasado, pero ignoró al interprete del ejercito. Acercándose a una olvidada ventanilla de baño, vio columnas de humo negro que tiznaban a mordidas negras los techos de la ciudad. CorrÃan ya multitudes con caras de espanto, y ella sin razonar también gritó dentro del edificio. Que culpa más tonta esa, la de incitar más pánico a la ya abundante estampida. Lo que serÃa una refinada obra de teatro se interrumpÃa con violencia e histeria. Los invitados civiles dieron la nota al igual que ella, por el espectáculo que veÃan sus ojos. Era todo tan real, a través de aquella ventanilla de baño.
“Salid ahora, mientras podáis escapar; huid. ¡Corred y salvad vuestras vidas!” pero ni una sola de las figuras en verde olivo se inmutó.
Civilizadamente siguieron sentados esperando según lo programado, mientras que ella hacia contacto visual con los pocos civiles ahà reunidos para el evento. Sus exclamaciones irresponsables inyectaron efectivamente pavor y también corrieron como los demás, después de todo confiaban en su juicio. Salieron a la calle y se sumaron a la marea humana que trataba de escapar, no se sabe si de una guerra civil, o un ataque exterior. Todo es confuso cuando el miedo reina.
De pronto su asignado interprete militar le puso la mano en el hombro suavemente para calmarla, pues era muy paciente. No tanto por temperamento especial de nacimiento sino por horas incontables de disciplina y control, incluso en la mesa, porque estaba en buena forma fÃsica.
“No,” explicaba mientras trataba de no provocarle vergüenza una vez entendido el fenómeno “mira bien, que no estas viendo lo que es. Las cosas no son como parecen.”
Ella volvió a mirar las columnas oscuras y poco a poco descubrió que en realidad salÃan de una parrillada en la calle donde alguien cocinaba algo. “Es solo un barbecue” pensó en voz alta y ahora comprendÃa el espejismo. Era como una engañosa ilusión óptica que habÃa jugado con su cabeza y al ir entendiendo cuan equivocada estaba iba incrementando la profunda vergüenza. Tanta alarma, tanta histeria…por gusto. El hombre que alegremente volteaba con su espumadera las comidas en su parrilla de Weber. Estaba fuera de lugar, con su casi cursi gorro de chef y delantal icónico.
Quienes gritaban en Miami hace unos años que después de Iraq vendrÃa Cuba (ocupación militar), ahora ya saben que su sueño de ver la Habana rendirse ante los horrores de una ocupación militar extranjera es menos posible, y se preparan para entrar a las buenas y con golpes suaves a la conquista del Estado.
Anoche en MiraTv el periodista Edmundo GarcÃa aseguró que Jorge Mas Santos que es Chairman de la Fundación Nacional Cubano Americana (CANF) tiene interés en invertir en ETECSA. Si es verdad que algunos negocios de cuentapropistas en la Habana se mueven ya con dinero de Jorge Mas Santos, eso serÃa como una parrillada de la contrarrevolución tolerada por la Revolución. Tengamos en cuenta que Cuba concedió a Jorge Mas Santos el permiso migratorio para asistir al evento de la nueva embajada norteamericana en la Habana, aunque Mas Santos rechazó la invitación de la parte norteamericana. Si Mas Santos ha preferido poner fondos en pequeños negocios en Cuba como asegura Edmundo GarcÃa, estamos viviendo un momento lleno de retos polÃticos.