Queridos Lectores,Lamento mucho decirles que hoy no puedo grabar el “Utopía Criolla #10” porque coincide con una festividad religiosa que celebramos en familia. Este mes de septiembre ha estado muy cargado para mi, entre fiebres,ayunos y desgracias he producido las utopías a duras penas. También mi hermano que me ayuda en la parte técnica está atravesando un camino de piedras y espinas. Pero seguimos caminando sin ninguna ayuda financiera de partidos, estados o gobiernos, ni mucho menos filántropos banqueros. Nuestro aliento para hacer algo en nombre de la justicia nos llega por ustedes, que ya se son muchísimos escuchando las “utopías”. NO estamos conformes y andamos unidos en ese sentimiento.
Yo no se si ustedes en el sur de la Florida se han percatado de esto pero últimamente no deja de llover. No hablo de una de esas lloviznas inoportunas típicas de domingos de BBQ o mandados porque esos ya son tradición. De hecho, es puro sarcasmo eso de “sun-day”, día del Sol. No, es que estamos presenciando un verdadero diluvio que ha producido truenos que traquetean los huesos con cada descarga de tambores colosales más allá de los relámpagos que ya han fundido hasta varios televisores en la provincia de Camagüey.
La lluvia me esta irritando porque como les he dicho, justamente arriba de la puerta de mi casa tenemos una gloriosa gotera que estoy segura el seguro no cubre porque los seguros son impuestos que nos obligan pagar pero que jamás nos devuelven el favor. Es como meter el brazo en la boca de un tiburón, con esos dientes inclinados en hileras hacia dentro es imposible extraer algo en la dirección opuesta. ¿Solución? Con los mafiosos no se negocia, mejor ni iniciar esa relación.
El otro día, por las lluvias torrenciales de un ciclón feroz que cruzó esta zona sin aparecer en los radares de NOAA, la luz dio un pestañeo y se me apagó el ordenador justamente en el momento que más necesitaba un receso porque auto-interrumpir la semi-hipnosis de una pantalla es algo difícil, ustedes lo saben…aunque ya estés vagando sin rumbo y sin recordar cual era la urgencia virtual. ¿Quizás son esos buenos momentos para repensar los proyectos de vida?
Por la ventana de mi habitación vi camuflageada entre los ramos de un árbol que se sacudía por la violencia del viento, una palomita de tierra. Era una de esas que tenemos en las Américas; más pequeñas y churrosas en apariencia que las prepotentes blancas de Europa. Naturalmente, siempre he sentido más simpatía por las palomitas prietas, de ojos negros y caminar modesto de paticas rojas. Respondí unos mensajes de Facebook por el WIFI y al rato, regrese y aun estaba ahí el ave resistiendo.
La paloma se aguantó durante toda la tormenta, por mas que se retorciera la frágil rama. Peor es caer de esa altura, supongo. Como la pobre criatura ni si quiera tiene un cálido hogar donde refugiarse, se ensopó pero bastó un meneo y revoloteo de sus alas para desprenderse el exceso de lluvia.
Finalmente escampó, nació el sol entre lo gris y al poco rato salio volando. Hay que resistir, perdurar y vencer…aunque la tormenta no coja solos, de sorpresa en un terreno extraño. ¿Vamos a ser menos valiente que una paloma arroyera? |