Cada vez que he estado frente a una cámara de Televisión he dicho lo que pienso con total claridad centrista, sin embargo con varios trucos los medios me han presentado como una radical defensora del gobierno cubano y del partido único. ¿Como es esto posible?
Una de las técnicas contra mis presentaciones ha sido la de editar, eliminando partes enteras de lo que digo como cuando en una ocasión dije que los cubanos necesitamos un sólo partido; el de los patriotas. Los televidentes esa vez se perdieron el final de la oración porque fue cortado, dando la impresión de que defendía el unipartidismo. También cuando he sido invitada a debatir, el sólo hecho de que mi contrario haya sido siempre un opositor al gobierno de la isla, ya de por si condiciona al público y se asume que yo defiendo al gobierno cubano, o que soy comunista.
Los medios audiovisuales son una poderosa arma que la derecha no pudo usar en Cuba contra la Revolución porque los revolucionarios se atrevieron a quitar esos medios de manos privadas, pero no ha sido así en la América Latina. En esa región, los ricos han usado esos medios para frenar a los gobiernos progresistas. Argentina es un caso llamativo de cuánto puede lograr la propaganda continua en manos privadas. Son verdaderos monopolios que no se cansan de hablar mal de otros monopolios, mientras usan el suyo como partido de oposición.
El presidente argentino, Mauricio Macri declaró el pasado martes una emergencia energética y provocó una reacción popular al nombrar dos jueces de la Corte Suprema por decreto. Macri dijo el martes que el país no tenía tiempo que perder :
“Desafortunadamente, después de una década en la que nos hemos vuelto menos competitivos, estamos en una situación de extrema vulnerabilidad “… estamos contra el reloj. No tenemos tiempo que perder.”
El apuro de la derecha liberal en Argentina está siendo apoyado de diversas manera por los grandes medios internacionales. The wall street journal le dedicó elogios disimulados (entre otros) y señalo el problema de la velocidad en desmontar lo construido por el gobierno anterior. Según este medio, dijo Susan Segal, uno de los “tanques pensantes”:
“Cuanto más rápido se implementen algunas de estas medidas, más rápido vamos a ver algunos de los beneficios.”
Diversos canales de TV repiten que Cristina dejó la casa de gobierno hecha un desastre, que faltan ordenadores, unos teléfonos, o un automóvil oficial con unas multas atrasadas. Tratan de insinuar que estos son caracteres representativos del kirchnerismo (el robo y la corrupción) pero no informan que Macri sube el precio del gas y la electricidad, se inclina a medidas de excepción y abusa de las ordenes ejecutivas.
La corrupción fue el tema favorito de los medios que actuaron como oposición política al gobierno de Cristina, como si los gobiernos de derecha no conocieran casos de corrupción. No hace falta que se produzcan condenas reales, estos medios se concentran en el escándalo, no en si hay culpables en los tribunales. El escándalo sirve para sembrar la duda y romper la unidad, para desorganizar y que se pierda de vista el proyecto social en los gobiernos progresistas.
Para entender la guerra del Grupo Clarin contra Cristina, es bueno saber que en todas partes la extrema derecha acude a la propaganda para dañar la imagen de los más demócratas, incluso en los Estados Unidos, donde tanto se cree en la libertad de expresión.
Obama, que no es un socialista, es retratado como comunista por la propaganda ultra-derechista, en especial gracias a los medios ultraconservadores como Fox. La Casa Blanca sin ninguna timidez si se supo defender y calificó a la cadena Fox no como un medio, sino como un partido político. La directora de Comunicaciones de la Casa Blanca, Anita Dunn, llegó a asegurar en CNN que “Fox News” actuaba como “El departamento de investigación del Partido Republicano”.
Si un gobierno de América Latina cuestiona a la prensa privada, inmediatamente es calificado esto como un ataque a la libertad de expresión aunque ese medio este promoviendo un golpe de estado.
En Argentina sospecho que la derecha en el poder tratará de cambiar las reglas del juego a toda velocidad. Mantendran algunas conquistas del kirchnerismo para ganar tiempo, y más tarde las eliminaran. Puede ser que algunos deseen una terapia de choque que borre de la memoria colectiva lo logrado en materia social por el kirchnerismo, y ataquen a las instituciones. Por lo tanto, el reto de la oposición es mantenerse organizada y evitar una guerra civil.