Hay una natural tendencia humana de cerrar la dichosa puerta que se logra atravesar; el millonario jamás te contará el verdadero secreto de su éxito. Por esta razón, muchos inmigrantes que se aprovechan de los privilegios de la “Ley de Ajuste Cubano”, creyéndose suertudos o habilidosos, sienten miedo si se le suman miles de otros cubanos. El instinto dicta que lo bueno no dura mucho cuando se extiende a todos, ya que se pierde la ventaja. El fenómeno también ocurre entre otros latinos de diferentes nacionalidades lo que en menor grado porque no existe ningún privilegio para ellos.
Como cubanamericana miro hacia el sur pensando en todos esos cubanos que transitan por la América Latina buscando llegar a los Estados Unidos, y en mi corazón les doy la bienvenida. Un sueño es un sueño y cualquier interpretación política está de más.
Estados Unidos como poder hegemónico está dando señales claras de perturbación. Tenemos aquí un profundo odio racial, una clase media casi desaparecida, endeudamiento nacional más allá de lo razonable y una creciente guerra fría con la Federación Rusa. Sin embargo, seguimos siendo el país más poderoso del planeta, y es normal que los cubanos agobiados por las sanciones económicas que sufren en la isla quieran escapar hacia el lugar más próspero.
No me gustaría que tanta gente abandone su patria salvadoreña, dominicana o cubana. Dejar el país donde naciste siempre es un riesgo, pero la realidad es que el centro capitalista está en los Estados Unidos. Para las periferias (como Cuba) siempre queda la peor parte.
Esto no tiene nada que ver con los derechos humanos o el pluripartidismo, esto tiene que ver con el sistema global que nos dejó la segunda guerra mundial, y sobre todo la caída del mundo socialista.
En Costa Rica hay uno 8,000 cubanos y en Ecuador tenemos otros 40,000. Mi deseo es que lleguen todos pronto y sin más problemas, aunque muchos aqui no desean que vengan. En Estados Unidos el sentimiento anti-imigrante continua aumentando hasta el punto de que ya es explotado de manera electoral por Donald Trump.
Desde el bando de los demócratas tampoco hay mucha simpatia. Desde que Obama asumió el poder en el 2009, dos millones de inmigrantes han sido deportados. Al igual que los cubanos, esos dos millones vinieron aquí para mejorar sus vidas. Eran inmigrantes pobres, y merecían una oportunidad. En nuestra época las multinacionales llegan hasta el último rincón del planeta y el capital se mueve con mucha libertad, así que los seres humanos deberían tener esa libertad también.
Si el dinero traspasa fronteras, las personas no deben ser menos.
Pronto llegarán a los Estados Unidos los 7,802 cubanos que recibieron la visa de tránsito extraordinaria del gobierno de Costa Rica desde el pasado noviembre. Muchos querrán vivir en Miami a pesar del rechazo y la desconfianza de los más conservadores de la vieja derecha cubanoamericana.
Tomás Regalado, el alcalde de Miami, dice que Washington es el culpable de la crisis migratoria, al Miami Herald:
“A menos que le Gobierno federal reconozca primero que hay una crisis y que esto requiere unos recursos y una infraestructura que no tenemos, nosotros vamos a tener serios problemas aquí de alojamiento.”
Afirma que la ciudad está sobrepasada por los emigrantes y las familias desamparadas que atiende. Habló de crear un frente común de funcionarios locales para demandar acciones al Gobierno federal, osea está pidiendo dinero. La Tv local abrió el otro dia los micrófonos al publico y sólo se oyeron quejas y rechazo a los cubanos que vienen. Una persona dijo, entre otras cosas:
“hemos perdido el ánimo para ayudarles, porque no vienen por razones políticas, sino para volver rápido a Cuba a celebrar quinces e irse a Varadero…tienen la barriga llena de cerveza… no serán nunca exiliados…”
El rechazo y la falta de solidaridad que sufren los cubanos que llegan últimos debe ser superado con una nueva mentalidad que deje atrás la politización de la emigración cubana.
En diferentes puntos de la ciudad, hay cajones públicos donde se pueden depositar ropas descartadas y varias veces he visto personas desesperadas hurgando entre las donaciones. El otro dia vi a un cubano rebuscando entre las ropas de uso, con mitad de su cuerpo introducido dentro del cajón y dejando por el piso regadas las piezas que no le gustaban. Esperé en el automóvil hasta que terminara su rutina para fotografiar la evidencia para no mostrar su rostro, porque quién está en desgracia merece compasión.
El cajón es un intermedio entre los donantes y una organización no lucrativa, pero algunos pobres tratan de tomar ventajas de los centros de ayuda. Pronto, diversos centros de alojamiento, alimentación y vestir estarán abarrotados de cubanos recién llegados de Costa Rica buscando ropa de donaciones.
Algunos vendedores de autos de uso en Miami esperan con ansiedad la llegada de los cubanos (que priorizan religiosamente la compra de un coche) y también dueños de edificios. Miami es en uno de los lugares en Estados Unidos mas caros para rentar un piso, por el estilo de New york y San Francisco, pero el agravante es que nuestros salarios siguen miserables. El 37% de los que viven en alquiler pagan por lo menos la mitad de sus salarios en la renta. Es un panorama muy negro para quienes sueñan con un humilde apartamento.
Seguirán llegando cubanos a una sociedad donde todavía el hombre sigue siendo lobo del hombre. Les deseo a estos cubanos ante todo un buen ánimo para enfrentar infortunios y una sana desconfianza para esquivar las mordidas de los lobos. Un jauría les espera, y también un mercado repleto de mercancías cada vez más frágiles e inútiles. La más útil es la cinta americana (the original duct tape), que repara muchísimas cosas cuando no alcanza el dinero para mayores arreglos.
Aquí quiero compartirles de paso dos entrevistas que realizamos mi hermano y yo sobre el asunto de los inmigrantes indocumentados y la tragedia humana que viven. Recuerden que ningún otro país de América latina recibe el estrafalario y extraño tratamiento de Premio si te escapas de tu país (ley de ajuste cubano) & castigo si permaneces en tu país (sanciones económicas y financieras). Si alguien te ofrece un trato tan distinto, no pienses que eres especial, mas bien preguntate por qué.