Dibujo hecho en el 2005 del patio de mi casa al experimentar el ciclón wilma. Una tormenta política puede hacer más daño que un fenómeno natural.
Es posible que la visita de Obama haya despertado en algunos una ligera gripe de anexionismo, e incluso que veamos aumentar el numero de vídeos de escándalos públicos en las redes virtuales retratados como “rebeldía popular”. Tampoco me sorprendería si en este 2016 y en 2017 ocurren serias revueltas en las calles por la confusión. Todo lo que pueda ocurrir, por mucho humo que veamos será solo un simple Barbecue (parrillada) como ya dije antes en un post en el 2015. Muchos se confundirán y continuarán traicionando, pero nada que veamos será el fin del orden social en Cuba.
Sabemos que Estados Unidos como mayor potencia del mundo no sufre sanciones ni subversión del orden interno por otras potencias más poderosa. Inevitablemente en esta normalización con Cuba, EE.UU va a proyectar sus méritos en el área de los derechos civiles con cierta arrogancia y con la paz mental de que Cuba por su parte jamas va a tratar de hacer injerencia en los asuntos internos de Estados Unidos.
Los cubanos más vulnerables en la isla pudieran caer seducidos por un modelo ajeno que apenas conocen y que creen ver representado en la figura carismática del presidente Obama. Esta confusión en la percepción de la política externa de Estados Unidos por parte de los disidentes cubanos (públicos y escondidos), es muy probable que produzca un malentendido y piensen que el presidente Obama fue a Cuba a apoyar una Perestroika cubana a partir del próximo congreso del Partido Comunista en la isla.
Al ver al presidente Obama darle la mano a Pánfilo con tanta sencillez en TV puede que hasta la derecha cubana-americana se sienta tentada a considerar nuevos caminos estratégicos para regresar al poder en la isla. Así funciona el oportunismo y quizás quieran darle la mano a los reformistas que sueñan con ser oligarcas. La verdad es que los más equivocados de ahora siguen siendo los que apuestan por una revolución de colores y que ya están soñando con aprovechar los próximos escándalos públicos (sobre todo en la Habana) de los opositores. Estos ilusos interpretan hasta el más simple acto de desobediencia a los agentes del orden de algún vendedor ambulante como detonante a una rebelión de mayor tamaño que apoye a los traidores de guayabera planchada, pero aunque algunos crean que continúo nadando contra la corriente, les afirmo que nada de eso pasará.
Foto de Yander Alberto Zamora para Reuters
Estoy de acuerdo con el presidente Obama cuando afirma que se ha progresado mucho en EE.UU gracias a la democracia. Sin embargo, creo que si Cuba fuera a copiar el modelo norteamericano, necesitaría dejar de ser Cuba. Tendría que tener la misma economía, el mismo ejercito y la misma dominación carismática que tiene este país en el mundo. ¿No suena ya posible, verdad?
Tampoco suena posible que los Cubanos se conformen con regresar a la Cuba antes del 59, y no la de las postalitas nostálgicas y engañosas compartidas en las redes.
Quiero confiar en que Obama y todos aquellos buenos americanos que entiendan el momento histórico continúen apoyando la normalización apoyando la eliminación de las sanciones económicas, la libertad de movimiento al turismo norteamericano a la isla, la creación de empresas mixtas, y que cada vez el respeto sea más poderoso porque aún detecto secuelas.
Nota: Se cree que la palabra Barbecue usada en Estados Unidos se deriva de la barbacoa encontrada en la lengua de los taínos del Caribe, pero algunos cubanos en el sur de la Florida lo asocian más bien al modo de vida norteamericano.