El pasado miércoles pude asistir al première de un documental cubano que narra un acto de piraterÃa comentado por quienes fueron sus protagonistas y sus victimas en el año 1963, en el oriente de Cuba. En aquella ocación, y según el guión del documental “Assault to Freedom” (asalto a la libertad) un grupo de jóvenes conspiró para secuestrar un pequeño barco con civiles a bordo y llevarlos al mar abierto con la idea de llegar a los Estados Unidos. Para lograr su voluntad usaron una pistola, varios cuchillos y sogas, con las que amarraron a diez hombres civiles, esperando prevenir una respuesta violenta de las victimas al alejarse de la costa ( a los mujeres y niños no los amarraron).
Al première como es lógico, asistieron convencidos exiliados de que la violencia está justificada para lograr el objetivo de escapar de Cuba en aquellos dÃas. Pude reconocer entre los asistentes al antiguo ortodoxo Luis Conte Agüero. Aunque vi pocos jóvenes, estaban presentes algunos familiares y amigos de los antiguos secuestradores, a los cuales vi muy felices e identificados con la historia.
De todos los secuestrados ni uno sólo se sumó al grupo armado para irse al exilio regresando a Cuba una vez que un barco noruego recogió en alta mar a los miembros del complot. Según los propios protagonistas ellos durante toda la travesÃa y en medio de la tormenta no se preocuparon jamas por la suerte de los amarrados con las sogas, pues su prioridad era salvarse ellos y nada más. Sin embargo, dos de ellos tuvieron tiempo para tener un encuentro erótico en medio de la tormenta y el miedo general. Dicha narracion produjo fuertes carcajadas del publico en aprobación…
Creo que los libros y documentales que cuentan lo que pasó en esos años son una contribución a la memoria histórica cubana, pero noté por supuesto en los testimonios del documental, el deseo de justificar la violenta acción con argumentos ideológicos. Los piratas que cometieron el crimen, fueron recibidos como héroes por las autoridades en los Estados Unidos, y esto nos hace recordar el enorme vacÃo moral de la polÃtica de aquellos dÃas. La guerra fria con todas sus aberraciones no debe reproducirse en nuestros dÃas, por eso me enoje cuando la gran mayoria del público asistente rió apasionadamente ante cada escena o expresión verbal relacionada con los cuchillos o el desprecio a los rehenes, como si no fuesen seres humanos. La violencia entre cubanos jamas nos debe provocar risa.
Al final la sentencia religiosa me enojó aún más. Uno de los protagonistas afirmó que Dios los habia guiado y salvado, y esto es demasiado. ¿El numeroso grupo de secuestrados no contaba para Dios? ¿Acaso el clamor de las victimas inocentes no llegó al cielo con la misma intensidad, que el deseo de los piratas de llegar a los Estados Unidos?A mi no me gusta mezclar las creencias religiosas con el tema polÃtico, pero esta actividad terminó con un sello bastante religioso.
La derecha desde los tiempos de la guerra frÃa no ha querido renunciar al tema religioso, quizás por el éxito que tuvo contra el ateÃsmo comunista. Debo aclarar a los de buena conciencia que en la Biblia (católica) no queda muy bien parado el secuestrador, y existe una clara denuncia contra el secuestro:
–Si se descubre a un hombre que haya raptado a un israelita, es decir, a uno de sus hermanos [los cubanos en este caso], y lo haya vendido como esclavo, el raptor debe morir. Asà cortarás el mal entre tu gente.(Deuteronomia 24-7)
Los tiempos han cambiado y las teocracia antiguas que castigaban con severidad estos delitos ya no existen, pero sin lugar a dudas algunas costumbres antiguas como el secuestro, siguen existiendo al margen de la ley. Al menos la condena moral debe seguir en pie para los que queremos ser civilizados y nos indigna la manipulación.
¿Quien ha dicho que Dios es de derechas?