Hace como un año o tal vez un poco mas, empece a realizar una serie de dibujos a papel y tinta lo que ahora no recuerdo bien si ya con anterioridad se los comunique pues a veces confundo lo que le escribo a amistades lejanas que requieren comunicación a través del teclado y ustedes, mis queridos lectores. De todas formas, estoy segura que no les he mostrado imagen alguna en relación a mi libro así que igual, se las comparto.
Como la serie ya esta casi terminada, me di cuenta que no podía despilfarrar la oportunidad de instalar una cámara encima del área de trabajo para documentar el proceso. Todo artista se enfrenta al reto diferente y desarrolla su propio método y siempre he querido ver mi particular proceso a velocidad rápida así que también les comparto este vídeo. Espero que lo disfruten, aunque no se porqué en mí produjo una sensación triste la primera vez que lo vi. Lo había publicado en las redes sociales el 26 de Julio pero ¡me olvide totalmente del blog!
Lo hago con cierta timidez porque por alguna razón, un alto porcentaje de la obra artística de mis manos a nivel subconsciente adquiere un nivel de privacidad, y más aún mis obras de ficción. Supongo que debe ser porque en demasiadas ocasiones he visto que algunos asumen poder extraer los ocultos motivos psicológicos de los escritores y uno tampoco quiere mal-entendidos. Entiendo que la persona siempre proyecta su mundo interior en cada expresión auténtica ( incluso en la hipocresía la esencia se delata), y no podemos ser otra cosa que no ser uno mismo. Lo desagradable es que describas una playa repleta de cocoteros y un torcido le plasme algún mediocre cuño freudiano.
En fin, para no desviarme en esta época de déficit de atención (disculpen a su autora que anda sin cafeína), he estado creando una serie de ilustraciones para mi libro al estilo de los antiguos grabados de las clásicas imprentas de Europa. Debatí en asumir un proceso tan notoriamente largo porque algunas rápidas acuarelas por ejemplo pudieran embellecer fácilmente pero tampoco quería colores y decidí por la simulación de un “aguafuerte”. Desde pequeña me hechizaban las maravillosas ilustraciones antiguas en los libros viejos y durante años hasta las altas horas de la noche practicaba alguna técnica que me permitiría con herramientas modernas cómodamente producir un producto que se asemeja al meticuloso grabado en acero o plata. Con estos dibujos, rindo mi modesto homenaje al antiguo estilo.
Naturalmente, no les puedo mostrar más imágenes porque deben esperar hasta que publique el libro 😀 Como pueden imaginarse, ando muy contenta con esa ilusión de por fin terminar una de las tantas historietas que me desvelaban frente a la maquina de escribir.
