No creo que se pueda calificar como “debate” lo que ocurrió ayer frente a las cámaras de MiraTv, pero si se que no fue una conversación respetuosa entre cubanos que piensan diferentes. Tampoco creo que el conocido opositor, José Daniel Ferrer, tenga un problema personal contra las mujeres pero si estoy segura que es incapaz de dialogar de manera civilizada (requisito obligatorio para formar un gobierno moderno) y tengo las pruebas audiovisuales.
Fui con buena voluntad al debate porque realmente nunca hemos intercambiado ni una palabra y al iniciarse el debate le dije a Ferrer que había pedido por su libertad cuando estaba en prisión, mientras era la vocera de Grupo Caimán. Con evidente prejuicio hacia mi persona, el se enojó y despreció todo eso, acusándome de ser agente pagada por Cuba. Incluyo ataques personales a mi familia . Prácticamente no me dejó hablar, pero aún así creo que vale la pena observar a quien aspira a ser presidente de todos los cubanos, para imaginar como tratará a su oposición política si fuera jefe del Estado cubano.
No creo que Ferrer sepa diferenciar los hechos concretos (facts) de la propaganda. Por eso lo vemos siempre repitiendo lo mismo de manera infantil y presentándose como una víctima de la “tiranía cubana” que lucha por la democracia. Sin embargo, el hecho concreto sigue siendo que vive sin trabajar en Cuba (donde se dice posee varias residencias y emplea sivientes domesticos) recibiendo un salario desde el exterior.
Según la propia página del grupo:
“La Unpacu se financia principalmente con 5.000 dólares mensuales de la Fundación Nacional Cubano Americana, el lobby anticastrista del exilio creado por el fallecido Jorge Mas Canosa”.
En realidad, dicha fundación recibe fondos del gobierno federal. Por lo tanto, nosotros los contribuyentes estadounidenses, pagamos por gran parte de su activismo en la isla sin que se nos haya consultado.
Cuando conocí cara a cara al “gran líder” que la propaganda mediática nos presenta como la esperanza de Cuba, sólo vi a una persona voluntariosa y perpleja que no entiende el espíritu del siglo XXI. La nueva generación de cubanos en la emigración y en la patria, desea una Cuba sin odios ni rencores. Creemos que lo más viable para mejorar a Cuba en todos los niveles es una buena relación de respeto y entendimiento con Estados Unidos. Una democracia no se construye con odio, sino con otro espíritu. Por eso luchamos para dejar atrás todo el lenguaje y las formas de la guerra fría.
Ferrer pretende que su grupo sea algún día gobierno, pero la verdad es que no me puedo imaginar que tipo de democracia pretende establecer en Cuba con tan malas maneras y tan poca profesionalidad. El organiza excursiones y reparte regalos. Diríamos que es una especie de gobierno paralelo para ganar corazones entre los menos favorecidos. Su dependencia del exterior los hace lucir como una oposición mercenaria. Estoy consciente que algunos no aceptan dicho calificativo pero no veo otra manera de describir ese lucrativo negocio que goza de muy poca competencia en la zona.
El gobierno cubano, ayuda más a los pobres que ese grupo de Ferrer, por supuesto. En esa competencia, Ferrer y su grupo salen perdiendo. ¿Acaso tienen planes de construir escuelas, hospitales o a subsidiar la corriente eléctrica? Por supuesto que no.
Todo lo que realiza Ferrer publicamente, lo hace por razones políticas y como estrategia para llegar al poder. A mi juicio, el y su grupo, tienen todas las características de ser un partido bastante radical. Su grupo político tiene características totalitarias en el mismo nombre escogido, porque excluye a todo el que no sea parte de la organización. Cuando ellos se auto-califican de cubanos y patriotas, están insinuando que los que no son del grupo son no-patriotas ni cubanos.
¡Vaya a no ser que tengan el afán de representar a toda la nación y no dejar espacio para más nadie!
Yo le hubiera aconsejado que se cambiaran el nombre, pero prácticamente no me dejó hablar con sus gritos. Me imagino que llegó a los estudios con muchos prejuicios y lleno de pasión, pues me calificó de agente secreto al servicio del gobierno cubano. También descargó contra mi padre diciendo que no fue un preso político en Cuba, sino otro agente de Castro. Dicha paranoia daña la reputación de Radio Martí que en 1994 presentó a mi padre, un ex-preso político cubano, en varios programas de la emisora federal. Mi padre aún conserva su carta de libertad. Sin embargo, muchos presos políticos exiliados no tienen una. No por eso, vamos a dudar de la palabra de un hombre, pero evidentemente Ferrer si es capaz de tirar por el suelo el testimonio de un ex-preso político. Este contundente hecho, demuestra su poca solidaridad con otros ex-presos políticos—supuestamente sus iguales.
Como Ferrer se compara continuamente con Fidel Castro y tiene una imagen distorsionada de lo que fue la Revolución del 59, podemos deducir que su fantasía es ser un dictador de derecha.
Hasta los más extremistas en Miami reconocen que Fidel Castro antes del triunfo de la Revolución era un líder carismático que atraía masas sin regalar nada y sin recibir dinero de otras potencias. Para contribuir a la lucha contra la dictadura de Batista, desde el exilio, Prio Socarras sacó dinero de su propio bolsillo…no del gobierno norteamericano.
Ferrer es todo lo contrario y ni siquiera se cuida la forma demostrando tolerancia democrática. Me imagino que con mayor poder en sus manos, sería un fascista implacable con la oposición y eso quedó muy claro en su crispado monologo. Sospecho que en una Cuba distópica, la oposición de Ferrer sería eliminada ruidosamente como escarmiento. Hasta el ciudadano más inocente y desconectado de cualquier agrupación humana, sería un espía infiltrado que debería ser eliminado. No tardaría Estados Unidos en intervenir en un desastre de tal magnitud, con un Ferrer al mando de Cuba.
Aquí les comparto el video del programa: