El lunes pasado, 28 de Noviembre, fui entrevistada brevemente por el periodista alternativo, Carlos Rafael Dieguez para RadioMiamiTV, Hermes América, Martianos y Cuba Información. El tema obligado fue el legado de Fidel Castro. Aunque he crecido en las entrañas de una comunidad agitada por la propaganda anti-castrista, no sólo me siento en el deber de promover la reconciliación entre los cubanos de buena voluntad, sino de señalar la contribución enorme que Fidel hizo a la conciencia nacional. Miremos más allá de sus errores que como ser humano cometió.
Yo no soy Dios para revisar conciencias, sólo pretendo ayudar a los cubanos que deben seguir viviendo con un claro compromiso con el destino de nuestra amada Cuba. No creo que Fidel fuese el Mesías o mejor dicho, el Moshiach que aún esperan los que tienen sed de justicia, pero sin lugar a dudas preparó el camino de un encuentro entre Dios y la sociedad cubana. Fueron eliminadas de nuestra Patria estructuras abominables y personajes negativos que hacían sufrir a nuestro pueblo antes del ’59.
No caigo en el tema religioso por accidente sino con la intención de hacer llamados al corazón. El bárbaro materialismo que sacude los cimientos del mundo occidental encuentra entre algunos de los nuestros más débiles de mente un eco que resuena en el enorme vacio espiritual de nuestra época. Cuando crece ese materialismo en un terreno fértil, se detiene nuestro crecimiento espiritual como nación bajo Dios y tengo que denunciarlo.
Con aire triunfal los falsos profetas anuncian desde hace años “el fin de las ideologías” como si el liberalismo decadente que destruye las soberanías, no fuese un ideología. Ahora que ha muerto Fidel Castro vuelven con las falsas profecías y anuncian con total descaro el regreso de una Cuba sometida y humillada al capital internacional. Si José Martí viviera junto a nosotros en Miami, sin ser un “fidelista”, estoy segura que ante su muerte no mencionaría los errores de Fidel, y quizás señalaría el hecho de que se puso del lado de los humildes como su mayor virtud.
A continuación les comparto el video de la entrevista que como siempre, transcurrió muy naturalmente por la buena y tolerante disposición de Dieguez por permitirme opinar libremente en su espacio.
“Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo.”