Hay que avisarle a Trump

By Yadira Escobar on

Estoy al pedir un ride a cualquier desconocido (acompañada de algún hermano, por supuesto) para llegar a Washington y darle un consejo sincero al presidente sobre Cuba… como si es en una patrulla de la policía. Aunque la ley escrita sea vaga, en la Florida es ilegal el hitchhiking (coger una botella). En especial, en el condado Monroe de Cayo Hueso. Ahí se lo toman muy en serio. Siendo realista, no es una opción ir físicamente. Ademas, está muy ocupado Trump en sus actuales batallas internas; hay una silenciosa guerra contra su administración en forma de diarias filtraciones de información sensible. Desde unas traicioneras trincheras, bi-partidistas y de nostálgico favoritismo, el Estado Profundo conspira para lograr a estas alturas que Trump sea derrotado y cuentan con fieles (corruptos o chantajeados) en agencias del gobierno. También hay que tratar de complacer a los ‘Trompistas’ que son rápidos en quejarse cuando sospechan que una promesa no será realizada. 

Tendré que ser creativa si pretendo hacer una diferencia con mi voz pequeña de ciudadana indefensa con el corazón atento a Cuba y la mente preocupada por la dirección de nuestro Estados Unidos.

Trump debe saber la verdad (los facts no-emotivos) sobre Cuba antes que se pronuncie sobre lo que no sabe. Muchos de los que ahora le alaban en Miami y le piden mano dura contra la isla, votaron en secreto aún siendo Republicanos por Hillary Clinton, así que lo primero que debe saber Trump es que estos Republicanos tan liberales que habitan en Miami que se babean por el Establishment haga lo que haga, no buscan el bien de los Estados Unidos cuando le piden aislar a Cuba. Es un viejo capricho de auto-destrucción que busca el mal ajeno.  

Ayer en Directo, por pura curiosidad me puse a ver un livestream del senado con Andrew G. McCabe y Mike Pompeo. Por supuesto, apareció Marco Rubio. Se dirigió al Comité de Inteligencia del Senado en busca de las respuestas que a el le gustan. Tuve que rodar mis ojos al escuchar su obsesión regional de  producir fantasmas sobre la gran Venezuela. Por supuesto, luego vino Cuba. Rubio dijo literalmente:

Me continua preocupando el potencial, y mi creencia es real, del gobierno cubano para reclutar y alistar involuntariamente a los estadounidenses – empresarios y otros, incluso los líderes políticos locales y estatales en un intento por conseguir que ellos influyan en el diseño de la política estadounidense hacia Cuba, particularmente con el levantamiento del embargo. ¿Sería una táctica relacionada con lo que hemos visto en el pasado por parte de otras naciones, incluyendo al régimen cubano?”

Tanto el director temporal del FBI como el de la CIA señalaron que es ya costumbre de Cuba tratar de influir en los norteamericanos que visitan la isla. Yo le hubiera añadido que en Washington existe una practica inmoral que involucra cash para comprar políticos estadounidenses porque al parecer, el olvidadizo Marco Rubio olvido a los lobbies multimillonarios. El director de la CIA dijo:

…es parte de su más rancia tradición, llevar a visitantes estadounidenses y hacer todo lo posible por influir en ellos…”

La respuesta de ellos habría gustado más al senador Rubio si se hubiera señalado que Cuba no sólo intenta influir en quienes visitan la isla, sino a los ciudadanos dentro de los Estados Unidos a través de supuestos “agentes de influencia”. Sin embargo, ni McCabe ni Pompeo son tontos y deben conocer del mal que cojea Rubio en su odio personal a los cubanos.

  Marco Rubio sabe muy bien que el sur de la Florida es cada vez es más contrario a bloqueo a Cuba.  El intenta sembrar el miedo a los votantes de origen cubano para que se mantenga la paranoia de que todo el que se oponga a las sanciones contra Cuba pudiera ser un agente reclutado por la Habana para influir, aunque la persona ni sepa que es un reclutado.

Como conozco esta comunidad y de ese bombardeo de propaganda anticubana que apoya las sanciones contra Cuba, sospecho que la extrema derecha cubano-americana está dispuesta a muchas bajezas políticas con tal de amordazar la opinión pública en Miami. Yo misma como periodista independiente sostengo que es bueno para los Estados Unidos hacer negocios con Cuba y seguir adelante la normalización.

Por más que traten de infundir miedo en los amigos no-asalariados de Cuba, yo no voy a sentirme ni aludida ni amenazada y apoyaré la normalización con Cuba. Los campesinos de Arkansas lo necesitan y los niños de Cuba también.

Marco Rubio y sus amigos no buscan el bien de los Estados Unidos sino el beneficio privado. Ellos están dispuestos a frenar cualquier acción ejecutiva de Trump que facilite a la industria agrícola nacional mediante créditos la venta de sus productos a Cuba. Esto seria consecuente con la voluntad del presidente de elevar la industria nacional frente a otros intereses del capital internacional, pero ya sabemos que no todo el que se diga Republicano está con el presidente outsider. 

El senador Rubio trata de sugerir ideas conspirativas para negar la realidad de las conciencias y hacer más daño a la nación cubana, pero con su acción perjudica a la nación estadounidense. Los tiempos son de cambio y ya la gente no se cree los cuentos de la guerra fría con tanta facilidad. Es como que alguien te tratase de asustar con cuentos de fantasmas cuando eres mayorcito para saber que no hay monstruos debajo de tu cama. 

 

 

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