El centrismo es bueno como filosofía personal de la vida (huir de los excesos es sabia prudencia) pero muy complicado y relativo en la política. El centro dispone de tanta gelatinosa flexibilidad que en muchos casos termina siendo usado como un atractivo traje versátil por quienes saben de sobra que el propósito es tan repudiable que debe ser ocultado. A menudo el centro político, es oportunista entre cubanos. A mi juicio hay tres tipos de centrismo en el contexto cubano:
- El centro engañoso pero bonito usado por la derecha neoliberal en su agenda globalista que apela mucho a la libertad individual y al “mercado libre”.
- El centro débil como reflejo de un pensamiento voluble moldeado por los grandes medios, que opina según empuje la marea, y que atrae lo mismo a oportunistas que a cierta izquierda desvinculada de las clases trabajadoras.
- El Centro fuerte e idealista que avanza apoyado en lo nacional-popular.
En los países donde se intentó el socialismo real siempre hubo crisis económica relativa hasta que se produjo el cambio de régimen y llegó la crisis económica absoluta. No fue la oposición quien produjo el cambio de régimen en esas repúblicas populares, sino la clase política que dirigía la sociedad y se aburguesaba y se tornaba ansiosa por copiar lo que se hacia del otro lado del “Telón de Acero”. Nunca fue bueno el ateísmo marxista y ese culto al materialismo tan fácilmente transformable en consumismo y perversión tentó a los que tenían la fantasía ingenua de que habían nacido para triunfar en un ambiente ferozmente competitivo.
Una generación de universitarios libres desde su nacimiento de la moral burguesa más conservadora derribó los muros para divertirse en el lado capitalista donde prevalecian los valores burgueses de un liberalismo cada vez mas radical, sin importarle el destino de millones de pensionados, enfermos y personas vulnerables que quedaban atrás . La mayoría de ellos se sentía centrista y tenia la cabeza llena de canciones de rock y de una boberia liberal difícil de dejar a un lado cuando se es joven y saludable en medio de una guerra fría llena de colores y promesas de felicidad. Luego ya fue tarde.
Cuba no fue arrastrada por aquellos derrumbes, pero si fue afectada por la caída del campo socialista y por el persistente bloqueo a su economía. Hoy no se pueden desconocer las causas de la pobreza en la isla porque por ahí se cuelan los malos consejos de la mala derecha cubano-americana, como la que aconsejó a Trump y frenó la tan necesaria buena amistad entre Estados Unidos y Cuba.