Cuba que es vista como fruta madura todavía, se espera que caiga por gravedad en el patio de los nuevos Batistianos, de la nueva derecha. La costosa campaña psicológica que durante muchos años ha sufrido la sociedad cubana en la isla tiene como primer objetivo un cambio de mentalidad que conduzca a un cambio de régimen, y ese cambio de mentalidad no es posible si no es erosionado el orgullo nacional. La propaganda continua que dentro y fuera de la isla presenta al cubano como un pueblo compuesto por prostitutas y homosexuales que persiguen a los turistas, explota el hecho real de que el turismo es quien ha fomentado en Cuba todas las malas costumbres que corrompen a los más jóvenes, pero es sin lugar a dudas una exageración preparada para sembrar dudas en el cubano. Ha sido exitosa esa campaña sobre todo porque ha logrado involucrar a ciertos cubanos emigrados que visitan la isla como portadores de la subversión y de las malas costumbres morales.
Miami como vitrina del capitalismo frente a Cuba y con cubanos viajando continuamente a la isla con sus mitos de éxito individual, choca con un proyecto colectivista y de soberanía que ha sido desgastado por las sanciones económicas y por la subversión a lo largo de los años y que ha sido también traicionado por cierta cantidad de militantes comunistas que han pedido refugio político no por razones ideológicas, sino económicas en los Estados Unidos, y aunque no se destacan por ser “exiliados” muy ruidosos, han contribuido a la desmoralización de las juventudes comunistas en la isla (UJC) con simplemente haberse marchado siguiendo la ruta del capital. El socialismo cubano es muy particular y por eso sobrevivió al derrumbe de la Unión Soviética, pero ahora le toca el reto de sobrevivir a la salida del poder de la generación histórica ( la que protagonizó la lucha contra Batista) y enfrentar a los cubanos que han sido seducidos por la propaganda de la extrema derecha emigrada.
El poder del dinero en Cuba ha dividido a los cubanos como era de esperar, y las remesas y el sector privado no son una contribución al nacionalismo que Cuba necesita en momentos de la salida de los históricos, pero mientras queden cubanos convencidos de la importancia de un hogar nacional, Cuba permanecerá a salvo.