Las elecciones en Cuba arrancan desde las asambleas de vecinos. No se llenan las calles de carteles de rostros risueños que prometen maravillas. La propaganda tampoco esta en la TV ni en la radio, ni en la prensa escrita, por eso fue muy difÃcil para los disidentes cubanos seducir a sus vecinos y fracasaron en su intento de postular aunque fuese a uno sólo de los suyos. Desde los Estados Unidos Radio Martà habló de sus predilectos haciendo de alguna manera campaña lo mismo en la isla que en Miami, donde residen muchos cubanos que van y vienen continuamente de Cuba y contagian con sus opiniones a sus amigos y parientes en la isla, pero a pesar de la propaganda ningún disidente ganó corazones en Cuba.
Una de las particulares maneras de los cubanos elegir a sus candidatos es estudiando su conducta pasada, es decir evaluar sus actividades pasadas al servicio de la comunidad, y no poniendo atención a promesas de futuro, lo cual no favorece a los disidentes que por lo general llevan vidas muy aisladas y no cuentan con un buen historial al servicio de los demás.
La democracia cubana no es perfecta, pero para ser mejorada no necesita copiar modelos ajenos basados en partidos polÃticos más conectados con el mundo del dinero que con los ciudadanos. Los disidentes continuamente reclaman un cambio del modelo que les permita más montar sus agendas sobre promesas de futuro y no sobre sus propias conductas pasadas que dejan mucho que desear.
Aquà en Moderna les comparto algo sobre la elecciones cubanas y el fracaso de los disidentes que tratan de ser elegidos por sus vecinos y al no lograrlo los difaman por medios extranjeros.