Una constitución es ante todo una guía. Por esa razón y sobre todo en su preámbulo, se refleja la aspiración, el ideal y el espíritu que debe animar las leyes que de ella se derivan.
Cuba desde hace rato experimenta la amarga necesidad de resolver sus problemas con medidas contrarias a las aspiraciones y principios de la Revolución del 59. El país esta dando un paso pragmático hacia una constitución más cercana a su realidad semi-capitalista y aunque algunos progresistas argumentan que bajo tantas sanciones económicas es absurdo embarcarse en tal aventura, lo cierto es que la anterior quedó marcada por su época.
Mi preocupación es que la nueva tampoco este a tono dentro de un par de años y tengamos que preparar algún otro documento que mejor pueda reflejar las aspiraciones de nuestra nación. No olvidemos que no se trata solo de retratar sino inspirar.
Me pregunto: ¿Por que a los agnósticos les puede irritar que la ley suprema reconozca nuestra creencia más generalizada, si según ellos, todos los religiosos somos unos delirantes auto-engañados? 
Esta vez no se invoca a Dios como se hacia en la constitución de 1901 y en la del 40. Estamos hablando de que desaparece del texto constitucional por ejemplo la denuncia contra la explotación capitalista de su preámbulo (presente en la de 1976) pero no regresa la invocación a Dios presente en la del 40.
Imaginense esta nueva introduccion en el preambulo de la constitucion:
DECLARAMOS nuestra voluntad de que la ley de leyes de la República esté presidida
por el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre, y para lograr tan elevada aspiración invocamos la ayuda de Dios.
En la nueva constitución se reconoce al mercado y a la propiedad privada, lo cual abre camino a desigualdades inevitables que aumentaran con los años, pero no se refleja la creencia general de la nación cubana en Dios. Digamos que se da un paso más en dirección al capitalismo sin renunciar a las conquistas sociales lo cual es todo un reto que debe sumar fuerzas morales, y para nadie es un secreto que las creencias religiosas que hemos heredado muchos de nosotros ayudan a evitar el mal y a practicar el bien. Así que no vendría mal una simple y poderosa invocación que sirva de consuelo e inspiración moral a tantos cubanos.
Me parece oportuno reproducir aquí fragmentos del pensamiento de un gran compatriota llamado Salvador Capote refiriéndose a la posible invocación en el texto constitucional:
-“Tengo la firme convicción de que poner a Dios en el Preámbulo de nuestra Constitución solo puede traer beneficios al pueblo cubano sin que tenga que renunciar a ninguno de sus principios revolucionarios, y atraerá a nuestro lado a decenas de millones de personas en todo el mundo, que verán con simpatía un gesto valiente como el que propongo”—“Recordemos la defensa que hizo Fidel, en la escalinata universitaria, del testamento político de José Antonio, en el cual éste invocaba a Dios: “Confiamos en que la pureza de nuestra intención nos atraiga el favor de Dios para lograr el imperio de la justicia en nuestra Patria”. Estas palabras de José Antonio debieran quedar escritas con letras de oro en el Preámbulo de nuestra Constitución. Nada más cercano a nuestra cultura, a nuestras tradiciones y al sentir de nuestro pueblo. Sería, además, un gesto que recibiría, con toda seguridad, la aprobación internacional”
La creencia en un creador supremo del universo es una heredad cultural en occidente a pesar de los escépticos, por eso tantas constituciones invocan su ayuda. Que refleje una creencia generalizada de la mayoría de los ciudadanos no daña al estado laico, porque no va acompañada de leyes o códigos secundarios pero si inspira al creyente que desea hacer el bien al evitar el mal. Si la nueva ley pretende que aceptemos otras teorías humanas que están abiertas a discusión como el Marxismo o el transgerismo, debería reflejar el sentimiento más sagrado de millones de Cubanos…si quiere ser un documento democrático, claro.
Aquí les comparto un vídeo que resume esta propuesta.
En la foto pueden ver como mi hermano Josh me asistía a subir el muro de una forma cómica. Creo que sobra lo que voy a decir, pero de veras que me entretuve mucho durante la creación de este vídeo ilustrativo. El programa original de Moderna fue grabado para la radio sin vídeo por falta de tiempo pero luego logré reunir a mi equipo por unas horas antes del atardecer para rodar un poco de imágenes que pudieran acompañar aunque sea un resumen del show. Fue tal vez uno de los más divertidos clips producidos recientemente y como conocen a su Yadira, deben imaginar que mi favorita parte fue el bosque. Nada como la naturaleza para poner a las cosas en su correcta perspectiva.
No espero gran apoyo en las redes sociales porque lamentablemente el secularismo cultural ha avanzado mucho en occidente y el legado comunista de los Soviéticos de cierta manera acomplejo a muchos cubanos que conservan todas las creencias y hasta supersticiones de sus padres, pero casi de forma clandestina. Ciertamente, el gobierno ya permite procesiones religiosas por algunas calles ahora y se puede ser un militante del partido comunista sin ser ateo pero aun se arrastra la vieja vergüenza social. Tanto que se habla de salir del closet y aun hay quienes en discusiones informales presentan razones científicas o históricas para respaldar su fe en vez de abiertamente admitir que creen hasta sin necesidad de “pruebas”, porque el ser espiritual no necesita arqueólogos o antropologías para justificar su fé. 
¿Porque no asesinar si no hay testigos? Razona el hombre sin Dios en su peor hora.
Repito, no espero apoyo en esta propuesta, por más fervientes que sean los religiosos fuera y dentro de Cuba, pero la conciencia es un motivo poderoso y no podía pasar este momento histórico sin yo dejar en claro cual es mi postura. ¿Podrá el hombre del futuro encontrar energías persistentes para luchar por la justicia social sin la motivación espiritual que solo la creencia en un creador y juez supremo puede ofrecer? No lo creo, pero los Revolucionarios ateos, pueden seguir creyendo que si, aunque la evidencia demuestre lo contrario pues es muy difícil justificar con razones frías de Estado el respeto a la dignidad plena del hombre.
¿Porque no violar los derechos humanos si no hay testigos ni castigos?