¿Tienes una camisa roja en el closet o sueñas que bajen la edad de retiro en Estados Unidos? No hay problemas por ahora, pero si vives en el sur de la Florida, cuidado con esos pensamientos, que se ha desatado una cacerÃa de “comunistas” y al menor descuido pudieras ser hostigado o despedido del trabajo por leer periódicos indebidos. Si quieres pasar desapercibido, no basta censurar los comentarios polÃticos, porque tampoco esta permitido ser un tolerante demócrata sin pasión alguna por nada por los últimos llamados de la propaganda. Si eres un buen patriota, hecho y derecho según los trumpistas, debes ahora mismo apoyar la intensa campaña de injerencia en Venezuela, sino seras acosado por desconocidos rabiosos que solo te permiten opinar sobre los asuntos de tu gobierno si apoyas el discurso derechista de intervención a lo Rubio-Pompeo-Abrams-Bolton-Pence-Trump.
Si vives en el sur de la Florida y te ven incluso inclinándote a las Naciones Unidas o la Cruz Roja, es casi lo mismo que simpatizar con las sugerencias pacificas de Pepe Mujica y eso prácticamente es dialogar con la dictadura de Maduro, lo que te convierte en un vil reptil que debe ser expulsado de Estados Unidos hacia Cuba por ser un comunista (ya han quitado de la lista a Korea del Norte).
Yo se que lo que describo no perturbara a los fervientes soldaditos de la derecha que gritan consignas contra la paz, pero si es motivo de preocupación para las almas sensibles que han estudiado el fascismo o los que guardan memoria de todas las fallidas y costosas guerras por geopolÃtica o recursos. El progresista sabe cuan peligroso es el despertar del monstruo fascista. No, no se trata de llevarle “democracia” a los Venezolanos, es el incansable deseo auto-destructivo del Hombre por no conformarse con lo que tiene. ¿Quien dará los muertos? ¿Quien sufrirá la esclavitud de deudas impagables? Nosotros, el pueblo, el que debe siempre pagar los platos rotos.
Quienes nos negamos a ser utilizados como la masa ignorante que obedece ciegamente toda versión de la realidad (aunque entre en contradicción con anteriores administraciones–¿que haces tu recordándote del pasado?) fuimos a protestar el 18 de Febrero en FIU. No estamos dispuestos a ser arrojados a otra guerra más fuera de nuestro territorio porque el establishment dicte que hay un pueblo lejano que contiene la reserva más grandes de petroleo justo cuando se van secando todos los pozos globales.
Como somos pacifistas responsables que no nos dejamos manipular por la maquinaria de guerra, nos negamos convertirnos en cómplices de una aventura que pudiera desencadenar la tercera guerra mundial, causar una guerra civil en Venezuela y nuevamente atropellar los mecanismos legales del respeto mutuo. La funcional ilusión de civilización corre riesgo de quebrarse cada vez que violamos el derecho internacional. Derecho que que nuestros antecesores–los que conocÃan cuan horribles son las guerras verdaderas–ayudaron a establecer. Por ultimo, la hipocresÃa oportunista de reclamar que nosotros, los no-Venezolanos (hubo Venezolanos anti-intervención en la protesta) nos callemos la boca no tiene ni una pizca de sentido. Entiendan esta tremenda contradicción: siempre y tanto estés a favor del indigno pedido de la oposición por ser intervenidos por el gobierno de Estados Unidos, entonces como extranjero se te permite apoyarlos, pero si no quieres que Estados Unidos (donde vives) se involucre más en un asunto que no nos concierne, entonces atacan tu respetuosa postura pacifica, porque según ellos tu no eres Venezolano de nacimiento, no puedes opinar como opera tu propio gobierno. RidÃculo, ¿verdad? El capricho humano desconectado de la realidad o de otras personas, suele ser una contradicción andante.
Aquà les comparto el vÃdeo de mi participación en la protesta que incluÃa a diversos grupos ciudadanos que tienen motivos para sentirse alarmados después de tres años de una administración que no ha logrado cumplir ni sus propias promesas de campaña. Hubo ecologistas, defensores de inmigrantes, feministas, anti-imperialistas, homosexuales y trans-generos y mucha preocupación por aún encontrarnos en un estado de Emergencia Nacional que le permitirÃa al presidente Trump (también hubo estudiantes que no reconocen al presidente) tomar decisiones arbitrarias.  Â
Horas después del evento y media deshidratada, aun nos encontrábamos documentando la escena y varios invitados de Trump que empezaban a salir, buscaban discusiones con los pocos manifestantes que permanecÃan en el sitio. Escuche argumentos respetuosos y ofensas personales en ese tramo de acerca publica, pero la frase que más me impacto vino de una pareja elegante con expresiones alarmistas:
“DeberÃamos estar muy agradecidos de tener a Trump, sino los comunistas nos invaden.”