¿Se han fijado de la explosión de “influencers” sumándose al circo de la nueva derecha? Esa clase social viviendo o tratando de acercarse a la Mecca de Miami, intentan ganarse suscribers para obtener la mitológica renta de las redes sociales. Como no hay barreras en la cultura de “la lucha”, las placas regaladas por Youtube son alcanzables si hacen el próximo vÃdeo más “viral” aún apoyao en la contrarrevolución. Cuando el material no existe ni en su forma más rudimentaria, entonces arman sus propios dramas. Si gritas las consignas usuales, quizás alguien compartirá el escándalo.
Hace poco armaron otro pasajero revuelo con unas supuestas fotos publicadas tras la llegada a Miami del actor cubano Fernando HechevarrÃa. No tienen en cuenta el daño que hacen a nuestra imagen como cubanos por el mundo, pues todo vale para quienes tienen como supremo valor el dinero y como cosa sin importancia los intereses del pueblo cubano. Por eso se lanzaron como fieras rabiosas hace unos dÃas contra el actor al que quieren retratar inútilmente como si fuese alguien de doble moral por el hecho de visitar Miami tras haber hecho viral un vÃdeo/spot denunciando la ley Helms Burton.
Entiendo que no todos en la emigración son sensibles a los daños que provocan las sanciones contra Cuba, pero es absurdo que se arme un escándalo diciéndose que el actor por denunciar las malas leyes de la derecha no puede visitar a Miami, insinuándose que este territorio pertenece a la derecha que apoya las sanciones contra Cuba. Aquà vivimos muchos cubanos que deseamos que se detenga la guerra económica contra nuestros compatriotas en la isla. Si fuésemos una minorÃa no tenida en cuenta por los intransigentes que dominan la mayorÃa de los medios de comunicación en Miami, habrÃa que recordar a los adoradores de esa linea que estamos en Estados Unidos. AquÃ, las leyes y costumbres no están del lado de los que desprecian a las minorÃas, que en este caso seria polÃticas.
En la isla se sufre por estos dÃas de manera bastante seria el incremento de la presión por cambiar desde afuera su modelo polÃtico, y no solo con sanciones. Al prohibirse programas como el: Pueblo a Pueblo, el turismo hacia la isla cayó un 23.6 por ciento. Listos para aprovechar la situación precaria, estos personajes egoÃstas andan pescando en sus viajes a la isla la ocasión para tomar fotos y vÃdeos de hospitales o centros educativos y luego crear propaganda para colocar en las redes sociales con la idea de saltar a la fama y hacerse un following–de una masa de seguidores.
El truco publicitario de introducir insumos “médicos” en hospitales cubanos sin permiso legal tiene como objetivo erosionar la imagen del estado cubano como proveedor y es un acto contra la soberanÃa de Cuba que debe ser condenado. La nueva derecha que pretende dar lecciones de democracia demuestra su incoherencia al proponer una cosa para los de la isla y otra muy distinta para los que viven en el sur de la Florida a los cuales se les pide sumisión al mandato de la ultra-derecha capitalista.
Durante años los que deseamos una Cuba mejor hemos explicado a nuestros compatriotas más involucrados sobre la necesidad de una unión nacional basada en el dialogo y el respeto. Bastante tenemos con los injerencistas de la administración estadounidense de turno, que se hallan involucrados en nuestras divisiones, para que ahora, a última hora y a punto de producirse posiblemente otra normalización (esta vez más sólida) aparezca una tribu de oportunistas trasnochados tratando de revivir el legado de la generación del odio y el rencor con la mediocre intensión de lucrar del conflicto.
Los transnochados neo-Batistianos pretenden cosechar sobre el odio y el rencor cuando esa postura no le sirvió de nada a las anteriores generaciones de cubanos exiliados que ya fallecieron. No tiene sentido tratar de asumir el rol de aquellos actores del siglo pasado para arrastrar sus cadenas.
Como he dicho antes, quiero cubanos que amen y construyan…no envidiosos.