“Si no nos preparamos y actuamos ahora para asegurar el acceso, evitar déficits de fondos y las interrupciones en el comercio, podrÃamos enfrentar múltiples hambrunas de proporciones bÃblicas en unos pocos meses”, advirtió el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, David Beasley.
El rescate de las grandes empresa capitalistas por parte de los estados queda bastante justificado (muerte del neo-liberalismo) si culpamos a la pandemia, pero resulta más dificil de legitimar si se habla exclusivamente de la bancarota del sistema que centraliza con tanta fuerza valores financieros. En marzo por causa del coronavirus se vio como subió el precio del trigo en la bolsa de Chicago y no faltaran almas codiciosas que desean sacar ventaja con la escasez de alimentos.
Las cadenas y engranajes de distribución mundial estan rotos ahora por el CIVID-19, pero el mercado mundial ya venia perdiendo fuerza desde hacia un año, asi que para entender el hambre que viene no debemos restar importancia a desaceleración general de la economÃa ya monitoreada por instituciones de los paises bajos. Por mucho que nos venga a golpear el coronavirus a última hora o que estalle una guerra necesaria para crear nuevos valores financieros debemos esforzarnos por conservar el derecho a protestar contra los de arriba.
El gobierno de Estados Unidos movilizó fuerza naval militar hacia el Caribe, cerca de aguas de Venezuela, y el PacÃfico oriental para enfrentar al narcotráfico. Si en estos momentos se produce un ataque por ejemplo a un avión militar estadounidense, el ambiente es propicio a una respuesta contundente y masiva que encienda la mecha de un conflicto mayor en tiempos de emergencia de salud y de disminución de los derechos civiles. Las movilizaciones en contra de una guerra estan bajo la presión psicológica del contagio viral y la prensa establecida esta condicionada a su deber conservador de no hacer escandalos que alteren el orden social.
El escenario de epidemia, hambre y guerra es aterrador sobre todo para las generaciones marcadas por la cultura del consumo y el placer, asi que debemos estar alertas ante el casi inevitable resurgir de los fascismos y nacionalismos que se alimentan tanto del miedo y de la paralisis del comercio global.