El general John Kelly (jefe del Comando Sur del Pentágono) dijo hoy en una audiencia en el Senado que Venezuela está “cerca del colapso”. También dijo que “el presidente venezolano, Nicolás Maduro, nos acusa de ‘planear golpes de Estado’ y de querer derribar al gobierno…pero para eso no necesitan nuestra ayuda”, en una referencia cínica a los problemas económicos internos que sufre el país. John Kerry, dijo hoy también que si la situación en Venezuela llegara a detener el programa de petróleo subsidiado “Petrocaribe”, podría producirse una grave crisis humanitaria en la región.
Petrocaribe está integrado por 18 países no-ricos y entre esos países está Cuba. Los cubanos en Miami que ayudamos a nuestros familiares y amigos en la isla sabemos que es importante que no regresen los apagones. Nuestra ayuda en remesas no es ni remotamente una ayuda petrolera y no conozco a nadie en nuestra comunidad que se angustie por las altas tarifas eléctricas de sus seres queridos en Cuba.
Ahora que se están normalizando las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, no estaría mal aprender a pensar un poco más allá de las fronteras para descubrir lo importante que es que a nuestros vecinos les vaya bien.
La Televisión en el sur de la Florida todas las noches nos cuenta “lo malo que es vivir en Venezuela”, y sin dudas hay problemas en el hermano país, pero la verdad es que las cosas pueden empeorar y eso no significaría un desmantelamiento del gobierno de Venezuela. Si desaparece Petrocaribe también dejarán de entrar alimentos a Venezuela, eso empeoraría la situación económica y podría producirse un golpe de estado no precisamente protagonizado por militares derechistas, sino por una izquierda enojada por las sanciones estadounidenses, y esto no es bueno para la democracia venezolana, pero sería una necesidad real ante un estado de excepción.
Petrocaribe, que fue creado para eliminar a todos los intermediarios (buques internacionales) fue un duro golpe a ciertos grupos económicos porque sólo intervienen las entidades dirigidas por los gobiernos. Si toda esta estructura se viene abajo veremos más apagones en todo el Caribe, no sólo en Cuba. Arabia Saudita algún día volverá a subir los precios y volverán los buques mercantes revendiendo petróleo. Arabia Saudita parece empecinada por ahora en mantener bajos los precios de su petróleo para destruir toda su competencia internacional.
Por su parte en Miami la derecha venezolana espera con ansias a que por tres o cuatro meses el barril de petróleo se mantenga muy bajo para que al gobierno socialista le resulte imposible sostener el enorme gasto social de sus muchos proyectos revolucionarios. Según algunos aseguran, si se mantiene en 80 dólares el barril por tres meses, triunfa la contrarrevolución.
La política no se puede calcular igual que en matemáticas. La prueba está en que Cuba, con medio siglo de bloqueo, terrorismo y sabotajes no cambió su sistema político bajo presiones. Me imagino también que estando Cuba en medio de una normalización con Estados Unidos debe haber sorprendido a ciertos calculadores cuando condenó las sanciones contra Venezuela, poniendo en primer orden los principios políticos y en segundo orden la razón materialista.
Estados Unidos ya no es un poder hegemónico y no se puede dar el lujo de llevarse mal con sus vecinos para complacer a la derecha política. Ya que existen razones de Estado que sugieren una avanzada de buenas intenciones con la América Latina como una inteligente política exterior, es posible que a tiempo se eviten males mayores como movimientos migratorios fuera de control o revoluciones más radicales.