Desde la primera vez que escuche hablar a Donald Trump dije : Este hombre será el próximo presidente de la república, y lo comenté con varias amistades y en los programas de Utopia Criolla. Se dice que la semana pasada fue la peor semana en su campaña y ahora cientos de expertos proclaman que ahora sà que Trump caerá de la cima de la montaña, pero creo que vuelven a equivocarse. Desde el principio esos “expertos” de diversos campos han saltado de sus asientos con entusiasmo pensando que llegó la hora de su derrota sin darse cuenta que han cambiado muchas reglas del juego. La gente está harta y repugnada de los candidatos en serie, cortados por la misma tijera, que salen de las entrañas del bipartidismo tradicional para no cambiar nada. El escenario está tomado por los victoriosos outsiders.
Donald Trump es un outsider (alguien desconocido que viene desde afuera, un forastero o intruso, dentro de un grupo homogéneo), al igual que el radical de Sanders, que es un polÃtico longevo pero muy diferente a la norma de Washington. Ambos son temidos por las fuerzas conservadoras en sus partidos, pero cada vez más deseados por el votante que anhela un cambio…la palabra mágica. Para desgracia del partido Demócrata Obama dejó muchas promesas incumplidas y favoreció el enriquecimiento artificial de D.C. que desde el primer mandato de Obama esta repleta de abogados y cabilderos y sobrepasó a Sillicon Valley. En el districto de Columbia, el salario promedio anual es de $91,193, muy por encima del resto del pais, porque claro, es el nido de los buitres y ladrones que hacen las leyes a su favor. Y estos son sólo los datos públicos.
Pudiéramos creer que el debilitamiento gradual de la clase media no tiene porqué favorecer a los republicanos, ya que los demócratas hablan continuamente a favor de esa clase social, pero el problema es que la ciudadanÃa percibe a los demócratas como a socialistas que quieren re-distribuir la riqueza a partir de altos impuestos, y ese norteamericano asustado por la corrupción y elitismo de ambos partidos no se hace ninguna ilusión empresarial con los demócratas a no ser que este conectado a los presupuestos públicos y pueden montar un negocio basado en los mismos.
Bernie Sanders por su parte, es un socialista tan temido por el Establishment del Partido Demócrata como lo es Trump entre los republicanos, pero enfrenta mayores obstáculos en las estructuras de su partido para lograr la candidatura a la presidencia. Trump en cambio, a pesar de ser también un indeseable para la élite del Partido Republicano, es más efectivo en llegar al norteamericano promedio. Él apela a lo nacional y lo popular, les dice a la gente la verdad que los medios disimulan y no teme hacer el ridÃculo, pero además tiene un valor fundamental para la cultura en la que se vive en Estados Unidos: es multimillonario.
Los medios en este paÃs crean y promueven valores basados en el individualismo. Se le rinde culto al ganador o WINNER y cuando Donald Trump dice: “conmigo os cansareis de ganar”, está diciendo en otras palabras…
“Soy un triunfador y quiero ser el guia de los que quieran triunfar.”
Una cultura que gira alrededor de los ganadores y perdedores es el más importante factor en la campaña electoral de Trump, y el voto femenino es cada vez más suyo pues las mujeres tampoco escapan al encanto de un ganador que promete ser el jefe de la manada y comportarse como un lobo lÃder o el Alpha Male, a la hora de negociar con otras potencias como China y Rusia. Sospecho que la élite del Partido Republicano debe estar pensando que seria mejor seguir en la oposición que hacer gobierno con Trump, pues en definitiva ellos controlan las dos cámaras, pero la verdad es que si Trump gana el numero de delegados se verán forzados a apoyarle y olvidarse de sus propias propuestas.
Photo: Laura Buckman/AFP/Getty Image, de nymag.com
Él, frente a una Hillary Clinton que tantos demócratas ven demasiado cerca de la derecha polÃtica, ganarÃa sobre todo por el voto femenino que pudiera sujetarse a los nuevos tiempos y convertirse en las mas fervientes apoyadoras de ese lÃder blanco y heterosexual que al final del dia le ofrezca éxito también, al pisarle la cabeza a sus enemigos. Creo que se subestima al voto femenino y es un error pensar que todas las mujeres son intrÃnsecamente liberales, con amigos multi-raciales de la comunidad LGBT. Con tatuajes, alcohol, un montón de abortos debajo del brazo y exhibicionismo personal, perfectamente pueden escoger a Trump. En este 2016 hay una moda amoral y global que enaltece el dinero y sin pudor se celebra la idea de vivir de un generoso Sugar Daddy, como se insinua con el hastag de #babesfortrump que por obvias razones no voy a poner un link. Quizás muchas mujeres inconcientemente sienten que si Trump defiende el honor de su esposa actual que modelaba semi-desnuda para las revistas, al precio de destruir su campaña presidencial, el hombre no debe ser tan intransigente con las libertades femeninas como tantos otros Republicanos sin sal. Creo que nadie ha podido ver que el mensaje más positivo hacia esas mujeres independientes, media feministas y fuera del role conservador de la mujer tradicional, es el mensaje no-verbal que Trump emite con sus acciones: lleva años casado con un mujer extranjera que habla el ingles con acento y medio mundo en la Web la ha visto en lencerÃa sexy.
¿Creo que las va ganar el multi-millonario sin tacto que dice casi todo lo que le pasa por la mente? Definitivamente. No por eso deben huir a Canada los izquierdistas demócratas, cuando Trump asuma la presidencia, porque aunque los pundits se auto-engañen, sigo convencida que el hombre será el próximo ejecutivo. Ahora, ¿Qué significará esto para Cuba? Bueno, ese ya es otro asunto.